En los últimos años se ha visto un incremento en las personas que prefieren andar en bicicleta, aumentando también los riesgos. De 2010 a 20151,636 ciclistas perdieron la vida, según la Asociación Nacional de Comisión Nacional para la Prevención de Accidentes (Conapra). José Bañuelos Pieck y dos amigos apostaron todo a un proyecto que hace más visible al ciclista a través de un chaleco intuitivo que cuenta con luces direccionales y claxon.
Tuibo es la apuesta de emprendimiento que desarrollaron durante dos años José Bañuelos, José Alfredo Carsi Romero y Jorge Adrián Vizcayno García, estudiantes de la UNAM, y el 31 de marzo comenzó a correr el tiempo para juntar en Kicikstarter el dinero suficiente para materializar la idea .
El chaleco tiene en la espalda dos señales de LEDs (72 luces en total) que hacen de direccionales y que forma una gran T, un claxon y se puede expandir para cubrir una mochila mediana. Todo se maneja con un control que es apto para cualquier persona.
“El chaleco es muy fácil de manejar, cuanta con un control de cuatro botones para manejar las direccionales, usar el claxon y el encendido y apagado. Una ventaja es que la luz de freno es automática, las señales se activan sin que hagas nada”, comentó José Bañuelos Pieck.
Los botones se pueden personalizar de acuerdo a los gustos y necesidades del ciclista.
El chaleco se maquiló de una microfibra que es repelente al agua, sin embargo es una tela 100% impermeable que permite al ciclista transpirar.
“En este caso encontramos una maquiladora aquí en la Ciudad de México que hace proyectos especiales, es decir, a pequeñas cantidades y también producción en masa”, dijo Pieck.
El circuito LED, continúa Pieck, es flexible para que el ciclista tenga una mayor movilidad, sin que los cables se vean. “Para los circuitos flexibles que lleva en la espalda y el control encontramos un proveedor chino, el cual nos entrega un circuito completo con los leds conectados conforme a nuestro diseño en el caso del circuito de la espalda y en caso del control, nos entrega el circuito flexible con los botones”, destacó.
La independencia del chaleco cargado a su máxima capacidad y con todos los dispositivos en uso, dura entre seis y ocho horas. Según sus creadores, Tuibo es una solución integral para hacer más visibles a los ciclistas.
“Cuando necesitas una luz para que te vean, la compras por separado, casi todo para hacer más visibles a los ciclistas se compra por separado. Las lámparas de bici son muy chiquitas. Tuibo es una solución completa, prácticamente toda la espalda está iluminada”, destacó Pieck.
El chaleco tendrá tres versiones: la básica que cuenta sólo con luces traseras y el freno cuesta 1,800 pesos, la segunda, que es la que cuenta con un control que maneja las luces traseras y direccionales, con un precio de 2,400. Y la tercera versión cuenta con el control, las luces traseras y el claxon y tiene un precio de 2,900.
El mercado objetivo del equipo Tuibo, es todo aquel que use la bici día a día para transportarse al trabajo, o por hobby o deporte.
“El precio es bastante accesible comparando con otros accesorios que existen para bicicleta, como por ejemplo una sola lámpara te puede llegar a costar 1,500.00 o una chamarra con reflejantes hasta 3,000 pesos”, destacó Pieck.
Los jóvenes emprendedores también tienen en cuenta que gran parte del mercado se encuentra fuera del país, principalmente en Europa.
Con esta apuesta, el equipo de Tuibo busca recaudar 1,137,150 pesos, más la comisión de Kickstarter y Amazon Payments que es del 9%, para hacer un total de 1,239,493 pesos.
“En número cerrados estamos pensando que necesitaríamos 1,250,000. Cabe destacar que en todos los precios ya nos estamos protegiendo con un 10% extra por si hay alguna contingencia”, platicó José Bañuelos Pieck.
Los emprendedores aseguran que si alguien compra un Chaleco por medio del fondeo en Kickstarter lo tendrán en sus manos a finales del mes de septiembre.
“A través de Kickstarter cada persona en particular nos puede comprar el chaleco. En el futuro lo vamos a intentar con Martí. Para finales de 2018 queremos ya estar en tiendas ”, dijo Pieck
Proveedores, el mayor reto
Como e todo camino de negocios, los creadores de Tuibo se enfrentaron con retos para sacar a delante su idea.
“De nuestros retos más grandes fue el de obtener proveedores, debido a que la electrónica y la inyección de plásticos resultó ser muy cara aquí en México, por lo que nos vimos con la necesidad de buscar proveedores en China”, destacó Bañuelos Pieck.
En ese sentido, de la inversión que el equipo de Tuibo pretende obtener en Kickstarter, el 40% se invertirá en moldes, ya que es el elemento más caro para desarrollar el chaleco.
“Al principio es una inversión grande, porque por ejemplo para las lamparas, el claxon y el control, necesitamos hacer moldes y hacer un molde es muy caro, pero cada molde te dura 300,000 piezas”, comentó Pieck.
Otro obstáculo al que se enfrentaron los jóvenes fue el de la falta de seriedad a la hora de vender su idea.
“Muchos proveedores cuando veían que era un proyecto y que íbamos empezando y que sólo necesitábamos ciertas piezas y ciertas muestras, no querían hacer el trabajo porque simplemente no les interesaba”, dijo Pieck.
Trabajar con otras áreas, también significó aprender de cero y cometer errores.
“Nos acabamos de graduar hace un par de años y como somos ingenieros en mecatrónica, hemos tenido que aprende mucho sobre cosas que no vimos en las clases abre como se lleva una empresa, la parte legal, administrativa, de diseño”, destacó el joven emprendedor.
José Bañuelos Pieck, Carsi Romero y Jorge Adrián Vizcayno García apostaron todo a su proyecto Tuibo y a recaudar el dinero suficiente en Kickstarter.
“Nuestros plan B si no funciona Kickstarter, es aprender de nuestros errores, que funciono mal. Es un hecho que lo volveríamos a intentar. Esta es nuestra apuesta para crear una empresa”, platicó Pieck.
Si todo resulta bien, después de este chaleco para ciclistas, los jóvenes emprendedores quieren diseñar uno que funcione también para los motociclistas.
Fuente: Forbes