En las últimas décadas, el turismo en las regiones polares ha experimentado un notable aumento, con operadores como Ponant, Lindblad, Hurtigruten y Bark Europa ofreciendo expediciones científicas que combinan la aventura del viaje con la oportunidad de participar en investigaciones científicas.
Este fenómeno, conocido como turismo científico, ha generado un debate sobre su viabilidad ambiental y su contribución genuina a la preservación de estos ecosistemas frágiles. A través de la integración de científicos y turistas, se busca no solo avanzar en la comprensión de estas regiones polares, sino también fomentar un mayor compromiso con la protección ambiental, sin embargo, algunos han señalado que esto podría ser un tipo de greenwashing. ¡Te contamos las razones!
¿Turismo científico y educativo?
Los operadores turísticos como Ponant, Lindblad, Hurtigruten y Bark Europa ofrecen expediciones científicas en el Ártico para turistas, combinando la exploración de regiones polares con esfuerzos científicos, según información de High North News.
Estas expediciones transportan tanto a científicos como a turistas a las regiones polares, permitiendo que los científicos realicen sus proyectos de investigación mientras involucran a los turistas en actividades participativas, fomentando así un concepto conocido como ‘ciencia ciudadana’.
Ponant, un operador de cruceros, argumenta que involucrar directamente a los pasajeros en la recolección de datos científicos fomenta una conexión más profunda con el medio ambiente y una mayor motivación para protegerlo.
Sin embargo, según Elina Hutton, investigadora de turismo en la Universidad de Laponia, el turismo de cruceros plantea importantes desafíos de sostenibilidad debido a problemas de gestión de residuos, riesgos ambientales y posibles peligros tanto para el ecosistema como para la salud humana.
Si bien algunos operadores están adoptando prácticas más respetuosas con el medio ambiente, Hutton cree que el impacto general en el ecosistema sigue siendo preocupante.
Un estudio científico reciente realizado por Machiel Lamers, Nathalie A. Steins y Linde van Bets examinó dos expediciones científicas turísticas a Svalbard en 2015 y 2022. Descubrieron que la integración de la ciencia y el turismo tenía efectos positivos en la experiencia de los visitantes y la promoción de la ciencia polar, pero también presentaba desafíos complejos, especialmente en cuanto a regulaciones logísticas e impactos negativos potenciales en entornos vulnerables.
El estudio reveló que, si bien la mayoría de los turistas disfrutaron de la experiencia y recomendaron su continuación, casi la mitad de los científicos expresaron reservas debido a las incompatibilidades percibidas entre las rutinas científicas y turísticas.
Las asociaciones público-privadas desempeñan un papel crucial en facilitar el turismo científico, permitiendo sinergias entre la investigación científica y las operaciones turísticas comerciales. Estas asociaciones permiten a los científicos educar a los turistas sobre temas de investigación relevantes mientras ofrecen experiencias únicas a los clientes de los operadores de cruceros.
¿Turismo responsable o greenwashing?
Sin embargo, existe un riesgo de ‘lavado verde’ dentro de las iniciativas de turismo científico, donde los operadores turísticos explotan actividades científicas para crear narrativas positivas que justifiquen el crecimiento del sector a pesar de su impacto ambiental.
Lamers et al. advierten que las instalaciones compartidas en expediciones de crucero no necesariamente conducen a beneficios de sostenibilidad, ya que el aumento de actividades a bordo podría compensar cualquier eficiencia energética potencial.
Hutton cree que gran parte de lo que se presenta como turismo científico y ambientalismo en el turismo de cruceros puede constituir lavado verde, con el impacto general del turismo de cruceros superando cualquier beneficio educativo.
El investigador Machiel Lamers enfatiza la importancia de la libertad académica en el turismo científico, sugiriendo que la investigación científica significativa no debería comprometerse por intereses comerciales y que la reflexión crítica sobre las operaciones turísticas basada en hallazgos científicos es esencial para una práctica responsable.
RSE es fundamental en el “turismo científico”
A medida que el turismo científico en las regiones polares continúa evolucionando, es crucial abordar los desafíos de sostenibilidad y los posibles riesgos de ‘lavado verde’. Si bien estas expediciones ofrecen valiosas oportunidades educativas y de investigación, es fundamental garantizar que se lleven a cabo de manera responsable y ética, respetando la integridad de los ecosistemas polares y promoviendo la colaboración genuina entre la ciencia y el turismo.
Solo mediante una cuidadosa gestión y un compromiso con la preservación ambiental puede el turismo científico en el Ártico y la Antártida contribuir de manera significativa al conocimiento científico y a la protección a largo plazo de estas regiones únicas y vulnerables.