El mundo de la sustentabilidad parece estar lleno de contradicciones. Por ejemplo, en los últimos años hemos escuchado sin parar que los productos orgánicos son una opción más verde para el planeta y mejor para nuestra salud, ya que no se utilizan pesticidas o fertilizantes artificiales. Pareciera un argumento irrefutable, pero una nueva investigación hace precisamente eso, afirmando que algunos cultivos orgánicos incluso contribuyen más al cambio climático.
En un artículo publicado en el número de junio de 2015 de la revista Agriculture and Human Values, el investigador Julios McGee, de la Universidad de Oregon, sugiere que la agricultura orgánica actual no es tan sustentable como podría ser y que cuando se hace a gran escala produce más gases de efecto invernadero que la agricultura convencional.
Según reporta el sitio web Quartz al sintetizar este artículo, McGee usó datos proporcionados por el Departamento de Agricultura y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos para conocer las emisiones de gases de efecto invernadero relacionados con la agricultura en 49 estados de ese país entre el año 2000 y el 2008. Después, diseñó un modelo para controlar variables socioeconómicas.
Lo que descubrió es que la agricultura orgánica lleva a una mayor emisión de gases que contribuyen al cambio cimático. Pero esto no necesariamente se debe a los cultivos orgánicos sino a la forma en la que se llevan a cabo. Es decir, el investigador cree que como gran parte de la agricultura actual es llevada a cabo por corporaciones que responden a la demanda entonces los proceso orgánicos se aplican a gran escala usando mucha maquinaria, lo que lleva a una mayor emisión. Además, hay algunos cultivos, como el jitomate, que por su naturaleza crean más de estos gases, pero el número se multiplica al cosecharlos a gran escala.
Es por esto que McGee no está en contra de los alimentos orgánicos en sí. De hecho, reconoce que tiene otros beneficios ambientales como una menor contaminación de agua. Lo que cree es que afirma que el reto es «establecer la causa real de esta correlación y profundizar en el conocimiento de la producción agrícola sustentable.»
También recuerda que la relación entre el cambio climático y la agricultura, así como otros problemas ambientales actuales, no se resolverán solamente con tecnología, sino que se debe cambiar el sistema actual, en el que se producen mayor cantidad de alimentos que los que necesitamos, llevando a un mayor uso de recursos y al desperdicio
¿Qué significa esto para los consumidores? Que tal vez lo importante no es asegurarnos de que los productos que compramos son orgánicos, porque todavía no hay estudios concluyentes sobre si son mejores para la salud, sino saber que provienen de pequeños productores con prácticas responsables. Para las empresas, significa ir más allá de las etiquetas y adaptar todos sus procesos a las necesidades de las personas y del planeta.