Es difícil pensar que tener acceso a bonos por actividad física o estudios para conocer el nivel de colesterol puede venirle mal a alguien. Trabajar en una empresa con programas enfocados en el bienestar, en teoría, no tiene nada de malo. Sien embargo, según datos citados por Harvard Business Review, tampoco tiene enormes ventajas.
La doctora Emma Seppala, autora y directora de Ciencia en el Centro para la Compasión y el Altruismo de la Universidad de Stanford, afirma que, en el mejor de los casos, los programas corporativos de bienestar son solo «palabrería vacía o relaciones públicas», mientras que el peor de los casos es que incluso causen mayor estrés.
Al pedir a los colaboradores que comiencen procesos burocráticos, se sometan a estudios y respondan cuestionarios, además de completar sus tareas diarias, las compañías solamente agregan más situaciones de estrés a sus ya muy ocupados días.
Por ejemplo, una empleada le explica Seppala que el interés de su empresa por su bienestar y sus exigencias no son compatibles: «sé que sería bueno para mí ir, pero también me siento ansiosa cuando mi gerente y colegas fruncen el ceño al ver que me levanto del escritorio para hacer estiramientos. Además, al final del día me siento mal porque no me cuidé y no asistí a la clase de yoga.»
El problema, por supuesto, no es que una empresa quiera que sus colaboradores manejen el estrés o mejoren su salud, sino los métodos que eligen para este fin. Si el objetivo es lograr un ambiente de trabajo más feliz y saludable, dice Seppala, lo que deben hacer es crear «una cultura corporativa definida por el perdón, la amabilidad, la confianza, el respeto y la inspiración.»
¿Cómo crear este tipo de cultura? La respuesta es a la vez sencilla y compleja: contar con mejores líderes. Según investigaciones citadas por la autora, se ha ligado el tener problemas cardíacos con jefes muy severos, al tiempo que líderes inspiradores, empáticos y solidarios generan colaboradores más leales e involucrados.
Esto significa, en el día a día, que los jefes deben preguntar de vez en cuando por las familias de sus colaboradores y actuar de una forma que marque la pauta para crear un ambiente feliz e inclusivo. Seppala menciona como ejemplo a una empresa Fortune 500 (de la que no revela el nombre) en la que el CEO es informado inmediatamente cuando un empleado sufre una tragedia personal o es diagnosticado con alguna enfermedad grave. Según su política, en un máximo de 15 minutos, sin importar lo ocupado que esté, el líder llama para ofrecer su apoyo.
Teniendo en cuenta todo esto, la experta sugiere entonces alejarse de los beneficios materiales e iniciativas de bienestar para invertir en mejorar su cultura, de forma que se base en sus valores y en la humanidad.
Excelente!!! Cuando la cultura organizacional se basa en valores, no son necesarios los beneficios materiales, ni las iniciativas de bienestar.
No es ni más, ni menos, que el «buen uso» del sentido común.
EXCELENTE!!!!!!! la solidaridad es importante para que podamos compartir los momentos filices y tristezas…
Qué bueno que te haya sido útil el contenido.