A medida que la responsabilidad corporativa toma fuerza como parte integral del modelo de negocio, las empresas sociales han crecido con ella; el número de emprendedores en este sector ha comenzado a incrementarse y los consumidores comienzan a interesarse en las empresas que se fundamentan en esta estructura.
Los negocios sociales están generalmente constituidos como empresas y su modelo se basa en la venta de productos con el fin de generar ingresos que le permitan existir y crecer de forma sustentable impulsando el desarrollo de las comunidades en las que opera. Probablemente el punto de equilibrio en este tipo de empresas se alcance más tarde que en un modelo tradicional, aunque esto se determinará por los objetivos de cada una de ellas y no por su capacidad.
En México, existen diversos esfuerzos que integran estas características, uno de ellos es Fundación Mitz, cuyos productos probablemente habrás encontrado, y si es así te habrás enamorado de ellos.
¿Qué es Mitz?
Mitz es una organización sustentable que convierte los desperdicios industriales en hermosos productos hechos a mano por mujeres mexicanas. Las ganancias obtenidas de la venta de estos productos son utilizadas para otorgar becas educativas a niños en desventaja.
Mitz ha colaborado en el reciclaje de más de 100 toneladas de desperdicio industrial, así como el apoyo en la realización personal y la obtención de recursos para sus artesanas, quienes son las que realizan estos originales productos ecológicos.
Cuando los productos son terminados se venden a través de internet y por medio de almacenes de nuestros socios, como las tiendas M&M’s World y ventas internas dentro de almacenes de Mars, Kraft, Natura y Kellogg’s.
– Generar oportunidades de trabajo en comunidades marginadas.
– Donar el 100% de la utilidad a proyectos de educación de calidad para niños menos favorecidos.
– Promover la protección del medio ambiente mediante la transformación de desperdicios industriales generando productos artesanales con conciencia social y ecológica.
Anatomía de un producto Mitz
Antes de llegar a nuestras manos, cada uno de los productos de Mitz atraviesa por un interesante proceso artesanal y un estricto control de calidad que le garantiza una larga vida una vez que llega al consumidor final. Para ello, mujeres y hombres de las comunidades a las que la Fundación ha llegado trabajan arduamente en cada una de las etapas de producción.
Las envolturas que las marcas donan, son cortadas, dobladas, tejidas, cosidas y reforzadas antes de poner los acabados finales para el diseño y etiquetarse para su distribución.
