Nuestra subsistencia se basa en el trabajo. Gracias al trabajo podemos satisfacer nuestras necesidades materiales, evitar la pobreza y construir una vida digna. Más allá de satisfacer las necesidades materiales, el trabajo puede contribuir a darnos una sensación de identidad, de pertenencia y de propósito. Decir que es importante trabajar para un futuro más prometedor es poco.
Los gobiernos necesitan buenos datos sobre los niveles de habilidades y educación de su fuerza laboral. Sin estos datos, la creación de empleos puede ser extraviada. Sin datos económicos precisos como el PIB, basados en otros activos de datos clave, los gobiernos no pueden predecir con precisión el crecimiento futuro y no pueden trabajar para un futuro más prometedor. Un buen trabajo y una fuente de ingresos estable le dan a alguien dignidad, esperanza y un camino para una vida mejor. Para demasiadas personas, especialmente los jóvenes, un trabajo decente no es una realidad. Los jóvenes tienen tres veces más probabilidades de estar desempleados que los adultos.
Datos sobre la importancia de trabajar para un futuro más prometedor
- La tasa de desempleo mundial se situó en 5.6 por ciento en 2017, lo que corresponde a 192.7 millones de personas desempleadas.
- El desempleo entre los jóvenes (de 15 a 24 años) alcanzó el 13 por ciento en 2014, casi tres veces más que la tasa de adultos.
- En 2017, había alrededor de 300 millones de trabajadores en pobreza extrema, que vivían con menos de 1.90 dólares por día.
- Se necesitarán 470 millones de empleos para absorber a los nuevos participantes en el mercado laboral entre 2016 y 2030.
- Solo el 29 por ciento de la población mundial tiene una seguridad social integral; el otro 71 por ciento no está, o solo está parcialmente, protegido.
- Un estudio de Harvard encontró que la igualdad de género en la fuerza laboral podría agregar 28 billones dólares a la economía mundial para el 2025.
- La tasa de desempleo de México se mantuvo en julio en 3,4% de la población económicamente activa (PEA), informó el oficial Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Echa ojo a los datos de Statista:
Estos datos reclaman que se tomen medidas firmes. Es preciso aprovechar el momento para descubrir las oportunidades que estos cambios llevan consigo y trabajar para un futuro más prometedor.
Trabajar para un futuro más prometedor – reporte
La Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo ha emprendido un informe sobre el futuro del trabajo. El reporte expone a grandes rasgos las medidas que es preciso acometer para lograr trabajar para un futuro más prometedor que proporcione oportunidades de trabajo decente y sostenible para todos.
Existen innumerables oportunidades para mejorar la calidad de vida de los trabajadores, ampliar las opciones disponibles, cerrar la brecha de género, revertir los estragos causados por las desigualdades a nivel mundial y mucho más.
Sin embargo, trabajar para un futuro más prometedor no ocurrirá por sí solo. Si no se toman medidas seguiremos viviendo en un mundo de desigualdades e incertidumbres.
¿Qué es trabajo decente?
Se estima que más de 600 millones de nuevos empleos deben crearse para 2030, solo para seguir el ritmo del crecimiento de la población mundial en edad de trabajar. Eso es alrededor de 40 millones por año. También se necesita mejorar las condiciones para los aproximadamente 780 millones de mujeres y hombres que trabajan pero que no ganan lo suficiente para sacar a sí mismos y a sus familias de la pobreza para poder trabajar para un futuro más prometedor.
La importancia del trabajo decente para lograr un desarrollo sostenible se destaca en el Objetivo 8, que apunta a “promover un crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, un empleo pleno y productivo y un trabajo decente para todos”.
Los gobiernos y las organizaciones de empleadores y de trabajadores deben participar en este proceso esencial de toma de decisiones y trabajar para un futuro más prometedor juntos. Los países deben ahora priorizar inversiones sostenibles a largo plazo que favorezcan el desarrollo humano y protejan el planeta.
Con nuevas normas, incentivos empresariales y objetivos de política económica pueden orientarse mejor las inversiones hacia ámbitos de la economía que promuevan empleos decentes, igualdad de género y desarrollo sostenible, proporcionando al mismo tiempo una base para actividades de alto valor añadido.
Solución para trabajar para un futuro más prometedor – un programa enfocado en las personas
El reporte propone un programa para el futuro del trabajo centrado en las personas que fortalezca el contrato social situando a los hombres, las mujeres y al trabajo que realizan en el centro de las políticas económicas y sociales y en la práctica empresarial. De eso se trata trabajar para un futuro más prometedor.
Este programa tiene visión de futuro y se ocupa prioritariamente del desarrollo de las capacidades humanas necesarias para prosperar en una era digital sin emisiones de carbono. Su objetivo no es conseguir que las personas se adapten a este nuevo panorama, sino que tiene una visión más audaz que pretende orientar las transformaciones en curso hacia un futuro del trabajo que confiera dignidad, seguridad e igualdad de oportunidades, y que amplíe las libertades humanas. Con otras palabras, trabajar para un futuro más prometedor.
El programa apoya a las personas en las transiciones, trata de aprovechar las ventajas de las oportunidades demográficas y contribuye a una sociedad activa a lo largo de toda la vida. Además, analiza las posibilidades de hacer realidad el contrato social para las generaciones futuras. El programa se centra también en desarrollar las capacidades institucionales que sirven de fundamento a sociedades justas.
Este programa se asienta en tres ejes de actuación que, combinados entre sí generarían crecimiento, igualdad y sostenibilidad para las generaciones presentes y futuras:
1. Invertir en las capacidades de las personas
A fin de permitir que las personas prosperen en una era digital, libre de emisiones de carbono, han de tenerse en cuenta las dimensiones más generales de desarrollo y progreso en las condiciones de vida, incluidos los derechos y un ambiente propicio que haga posible que las personas puedan ampliar sus oportunidades y mejorar su bienestar.
Recomendaciones para trabajar para un futuro más prometedor
- Aprendizaje a lo largo de la vida para todos
- Apoyar a las personas a lo largo de las transiciones
- Un programa transformador para la igualdad de género
- Fortalecer la protección social
2. Invertir en las instituciones del trabajo
Las recomendaciones tratan de consolidar y revitalizar las instituciones del trabajo para trabajar para un futuro más prometedor. Las instituciones, desde la reglamentación y los contratos de empleo hasta los convenios colectivos y los sistemas de la inspección del trabajo, son las piedras angulares de una sociedad justa. Forjan los caminos que conducen a la formalización, la reducción de la pobreza laboral y un futuro de trabajo con dignidad, seguridad e igualdad económicas.
Recomendaciones
- Establecer una Garantía Laboral Universal
- Ampliar la soberanía sobre el tiempo
- Revitalizar la representación colectiva
- Encauzar la tecnología en favor del trabajo decente
3. Incrementar la inversión en trabajo decente y sostenible
Las grandes transformaciones económicas, relacionadas con las nuevas tecnologías, la convulsión demográfica y el cambio climático, tendrán efectos perturbadores y transformadores en las economías y en el trabajo. ¿Qué hay que hacer para trabajar para un futuro más prometedor?
Se requieren grandes inversiones que den forma y encaucen estas transformaciones para crear trabajo decente. Los países deben priorizar inversiones sostenibles a largo plazo que favorezcan el desarrollo humano y protejan el planeta, en consonancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
Recomendaciones
- Transformar las economías para promover el trabajo decente y sostenible
La economía podría generar más de 475 millones de empleos en todo el mundo para 2030. La inversión en trabajo decente responde a una necesidad social acuciante de afrontar el rápido envejecimiento de la población en muchos países y abre el camino para avanzar hacia la igualdad de género. La transformación de la economía requiere inversiones públicas en servicios de cuidados de calidad, políticas de trabajo decente para los cuidadores, apoyo a los cuidadores no remunerados que desean volver al empleo remunerado y una revalorización, además de la formalización del trabajo de cuidados remunerado. Las nuevas tecnologías podrían mejorar las condiciones de trabajo, así como el alcance y la prestación de servicios y de esa manera trabajar para un futuro más prometedor.
El informe pide que se prevean incentivos para promover en trabajo decente y sostenible. Estas inversiones impulsarán también la igualdad de género y podrían crear millones de puestos de trabajo y nuevas oportunidades para las microempresas y las pequeñas y medianas empresas.
El desarrollo de la economía rural, del cual depende el futuro de muchos de los trabajadores del mundo, debería convertirse en una prioridad. Porque trabajar para un futuro más prometedor no es nada fácil. Es necesario orientar la inversión hacia infraestructuras materiales y digitales de alta calidad para reducir la brecha existente y apoyar la creación de servicios públicos de valor elevado.
- Reorientar los incentivos: hacia un modelo empresarial y económico centrado en las personas
Con unos incentivos orientados en gran medida hacia la obtención de beneficios a corto plazo, es difícil para las empresas comprometerse con una planificación y unas estrategias de inversión a largo plazo que podrían resultar en última instancia más propicias para su competitividad, crecimiento y cumplimiento de sus objetivos, así como para el ajuste de sus actividades al programa centrado en las personas. En consecuencia, resulta muy necesario crear incentivos basados en el mercado que contribuyan a promover dicho ajuste. Muchas empresas han asumido ya este enfoque.
Se requieren dos tipos de cambios en la gobernanza y la conducta empresariales. El primer cambio radica en ampliar la representación de las partes interesadas, aumentando la rendición de cuentas de las empresas ante los intereses sociales y comunitarios. El segundo cambio estriba en establecer incentivos para el éxito de las empresas a largo plazo.
Es preciso reorientar las estructuras de incentivos empresariales hacia el bienestar, la sostenibilidad medioambiental y la igualdad y trabajar para un futuro más prometedor. Dentro de estas medidas cabe contemplar políticas fiscales justas, la revisión de las normativas contables empresariales, una mayor representación de las partes interesadas y cambios en las prácticas de presentación de informes.
Conclusión
El empleo es fundamental para el desarrollo, porque cuando las personas no pueden acceder al trabajo decente, la desigualdad y la pobreza persisten y el desarrollo se ralentiza. La creación de empleo, el trabajo decente y los derechos laborales son piedras angulares de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El empleo es un objetivo independiente y está arraigado en muchos de los otros objetivos, como acabar con la pobreza y el hambre, lograr la igualdad de género y reducir las desigualdades. Sin un avance hacia el logro de los objetivos relacionados con el empleo, será extremadamente difícil, si no imposible, lograr muchos de los otros objetivos. Eso habla de la importancia de trabajar para un futuro más prometedor.
Los altos niveles de subempleo y desempleo crónicos, las condiciones de trabajo adversas, el aumento de la migración o las presiones migratorias y el predominio del trabajo informal, con pocos o ningún derecho y protección para los trabajadores, son características persistentes de los mercados laborales en muchos países en desarrollo.
El trabajo decente permanece fuera del alcance de muchos, con un estimado de 1.4 billones de personas trabajando en empleos vulnerables. Se deben hacer grandes esfuerzos para fomentar la creación de empleos que tome en cuenta las tendencias demográficas y promueva el aumento de la productividad, las mejoras en los ingresos y las condiciones de trabajo y el respeto de los derechos laborales, especialmente para los pobres y marginados.
¿Es suficiente decir que trabajar para un futuro más prometedor es importante? Por supuesto que no. Se necesitan más acciones y menos palabras. ¿Cuál es tu opinión? Te leemos en los comentarios.