¿Qué piensas cuando escuchas “India”? ¿Cultura? ¿Misticismo? ¿Taj Mahal? Tal vez también vienen a tu mente el diseño de su vestimenta, la tela con la que está fabricada o su gastronomía.
Tanto ropa, comida como edredones hechos a mano, vajillas de porcelana, cojines de seda, mesas de café, lámparas y productos de aromaterapia son algunos de los artículos que puedes encontrar en la tienda Good Earth, un comercio ubicado en India que apuesta por el lujo, la cultura y la sostenibilidad.
Anita Lal es la mujer que inició todo. En 1996 fundó esta compañía porque quería fabricar objetos bellos, según comentó a The Huffington Post. “No tenía idea de que se convertiría en un negocio serio”, dijo.
Actualmente muchos la consideran una emprendedora exitosa, pero jamás imaginó que se convertiría en una empresaria, después de todo, ese nunca fue su objetivo, ella solamente quería que las personas tuvieran algo bello en sus vidas. El éxito fue una grata sorpresa para ella, y apenas hace cinco años, el negocio comenzó a generar ganancias. “Claro que un negocio tiene que ser rentable, pero no es por eso que lo hago”, explicó y aprovechó para agradecer a su esposo el apoyo incondicional que le ha dado durante todo este tiempo.
Así como crear rentabilidad no estaba entre sus planes, la sustentabilidad tampoco fue un aspecto que haya contemplado con anticipación. Ese tema se dio solo, quizá no a propósito pero, si revisamos los valores de la compañía, sin duda podemos afirmar que era inevitable que ahora sea considerada una empresa sostenible.
Good Earth es acerca de la riqueza, la belleza y las artesanías tradicionales con un ligero toque de modernidad, y es precisamente por eso que el uso de materiales naturales, la producción responsable y la contratación de artesanos locales se hizo primordial.
Siento que, a menos que esté haciendo algo con significado, no podría seguir elaborando productos y vendiéndolos a la gente. Nunca se trató de ganar dinero. –Anita Lal, fundadora de Good Earth
En sus productos jamás encontrarás poliéster, usa tintes y materias naturales que no afecten el medio ambiente y, por tanto, no dañen la salud de la gente. Incluso los productos que venden para el cuidado de la piel tienen la promesa de ser “lo suficientemente puros para ser comestibles”.
Asimismo, trabaja siempre con artesanos de comunidades o tribus locales para garantizar que sea una producción hecha a mano y que utilice técnicas tradicionales. Por supuesto, también lo hace para impulsar el desarrollo de estas personas, quienes han puesto o expandido sus propios talleres gracias al apoyo de Good Earth.
La herencia cultural es fundamental para la inspiración detrás de cada vestido, lienzo, almohada y pieza de vajilla. Anita gusta de celebrar cada detalle del trabajo de un artesano y constantemente está en busca de nuevas tradiciones –sean de India u otras partes de Asia– o historias que contar a sus clientes, quienes son su principal motivación.
El negocio no cuenta con un marketing masivo porque prefieren mantener una relación cercana con la comunidad. Tienen cuentas en Facebook, Pinterest, Instagram y YouTube que les permiten mostrar nuevos artículos, promocionar rebajas o invitar a los clientes a eventos, donde Anita aprovecha para conocerlos más y hacerlos sentir parte de su propia familia.
Otra manera en que los hace sentir bienvenidos es que todas las sucursales de Good Earth cuentan con un pequeño restaurante o café; estos lugares son acogedores, ofrecen un menú delicioso y la gente sabe que puede pasar un buen rato, ya sea comprando, comiendo o ambas.
Diez sucursales en India y dos en Turquía, una tienda en línea, participar en la renovación del hotel Palacio Rajmahal en Jaipur y ser invitados a diseñar los giveaways en los Óscar 2015 son algunos de los logros que ha conseguido Good Earth en sus 21 años de existencia.
Todas estas metas no se alcanzaron solas. Aunque no sabía nada acerca de cómo dirigir un negocio, Anita fue aprendiendo sobre la marcha, asesorándose, tomando cursos y nunca dejando la curiosidad de lado.
“¿Cómo diriges a las personas? ¿Cómo las motivas? (…) Tienes que ser fuerte, firme, pero accesible”, son las preguntas que se hizo y respondió mientras aprendía a ser una buena líder.
Ella misma es un gran ejemplo de empoderamiento femenino para nosotros, aún cuando declara que no es la única mujer ejemplar en su país. De hecho, casi todos los puestos directivos de Good Earth son ocupados por mujeres –su hija ya es CEO de la empresa–, una de las metas que las organizaciones a favor de la equidad de género quieren lograr a nivel internacional.
¿Cuál es el consejo que Anita da a las mujeres que desean comenzar un negocio? “Revisen sus finanzas. Sean apasionadas. Si en verdad quieren hacer algo, si en verdad las hace felices, entonces tendrán éxito”.