El plástico es uno de los agentes contaminantes que más afecta a nuestro mundo. Debido al exceso de uso y su mal desecho, el plástico va a parar directamente a nuestros océanos y mares, un hecho que afecta tanto a la flora como a la fauna de nuestros ecosistemas.
La solución podría el reciclar los plásticos y botellas PET y darles un segundo uso. Sin embargo, esto no ha funcionado al 100%, es por ello que se han implementado campañas para evitar que el uso de plástico se extienda, y éstas ayuden a concientizar a los consumidores sobre la importancia de reducir la basura plástica de nuestro alrededor.
Además de la concientización, también científicos han hecho miles de estudios donde señalan que el uso del plástico se ha multiplicado por veinte en los últimos cincuenta años y si no se hace un cambio drástico, en las próximas dos décadas este número se duplicará.
Entre los remedios que científicos han realizado, se descubrió que hubo un error que no ha sido «fatal», al contrario, el error podría ayudarnos a eliminar los plásticos.
¿Cómo? Pues un grupo de científicos dirigidos por la Universidad de Portsmouth y el Laboratorio Nacional de Energía Renovable del Departamento de Energía de Estados Unidos diseñó por equivocación una enzima que puede digerir algunos de los plásticos más contaminantes.
Científicos diseñaron una una enzima que puede digerir algunos de los plásticos más contaminantes.
Entre las investigaciones realizadas para ayudar a eliminar el plástico hecho de tereftalto de polietileno, los expertos estudiaron la estructura de este material en 3D.
Durante este estudio se descubrió que una enzima es la mejor opción para degradar el plástico quue la que se desarrolló en la naturaleza, la enzima producida por la bacteria Ideonella sakaiensis.
Se trata de un descubrimiento muy bueno para nuestro planeta ya que esto significa que podrían ser millones de toneladas de botellas de plástico las que podrían ser eliminadas.
Actualmente los investigadores trabajan con la mejora de la enzima para permitir el uso industrial y poder así, descomponer los plásticos en poco tiempo.
De acuerdo con el coautor del trabajo, John McGeehan, «pocos podrían haber predicho que, dado que los plásticos se hicieron populares en la década de 1960, se acabarían encontrando enormes parches de plástico flotando en los océanos o almacenándose en playas de todo el mundo que una vez fueron prístinas».
«Todos podemos jugar un papel importante en el tratamiento del problema del plástico, la comunidad científica que finalmente creó estos materiales maravillosos, ahora debe usar toda la tecnología a su disposición para desarrollar soluciones reales».
Al iniciar la investigación, el objetivo era determinar la estructura del plástico, sin embargo, diseñaron accidentalmente una enzima que era mejor para descomponer los plásticos de PET».
Según datos de los estudios, la enzima puede degradar el polietileno furandicarboxilato o PEF, un sustituto de base biológica para plásticos PET que se presenta como un reemplazo para las botellas de cerveza de vidrio.
«El proceso de ingeniería es muy similar al de las enzimas que se utilizan actualmente en detergentes para biolavado y en la fabricación de biocombustibles; la tecnología existe y está dentro de lo posible que en los próximos años veamos una viabilidad industrial en el proceso para convertir PET y potencialmente otros sustratos como PEF, PLA, y PBS en sus bloques de construcción originales para que puedan ser reciclados de forma sostenible».
El inicio de la investigación ha dado una esperanza tanto para los científicos como para los habitantes del planeta, pues esta enzima nos ayudaría a terminar con el plástico arrojado en nuestros ecosistemas, sin embargo también se debería estudiar cuáles podrían ser las consecuencias de que esta enzima esté dentro de nuestros ecosistemas y si es 100% confiable.
