Desde la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, el número de delitos de odio ha aumentado en el país, según Reuters que contabiliza hasta 867 incidentes. Zaineb Abdulla, una joven de 24 años de Chicago, describe a Verne la «extrema tensión que se respira» en EE UU. «A mí un joven me lanzó insultos racistas a gritos en la calle el día después de las elecciones», cuenta esta estadounidense de origen iraquí y americano.
Muchos otros a su alredor han recibido el mismo maltrato de «matones que de repente se sienten legitimados en su odio». En respuesta, Abdulla ha puesto en marcha clases de autodefensa para las mujeres musulmanas. Más de 3,7 millones de personas han visto un vídeo suyo -narrado también en lengua de signos estadounidense- con una llave para escapar de alguien que les agarre por el velo desde atrás. Casi 60.000 lo han compartido.
Abdulla, socióloga especializada en educación especial, es la vicepresidenta de Deaf Planet Soul, una organización que trabaja con personas sordas. Dentro de un programa de prevención de violencia machista para mujeres sordas -que tienen un 150% más de posibilidades de sufrirla-, pusieron en marcha clases de autodefensa para mejorar su confianza y autoestima. Lo que ha hecho ahora ella es aplicar esa experiencia con las mujeres musulmanas.
La llave para zafarse de un agresor que ataca por la espalda funciona «extremadamente bien» incluso cuando el agresor es más fuerte y corpulento que la víctima, según Abdulla. «Pero la parálisis ante un ataque es una reacción muy normal; por eso animamos a las mujeres a practicar, practicar y practicar hasta que el movimiento se convierta en una respuesta instintiva».
Abdulla se ha centrado en enseñar online dos técnicas del jiu-jitsu brasileño, un deporte pensado para defenderse de oponentes de mayor tamaño. Están especialmente diseñadas para que cualquier mujer las pueda aprender en internet, aunque en su ciudad dan clases presenciales.
«Ir por la calle con el velo a veces es como ir con una diana en el cuerpo, pero sinceramente, razón de más para ir con los hombros y la cabeza bien altos», explica la joven. Su mensaje para las mujeres musulmanas es que no tengan miedo y que recuerden que llevar el hijab es un derecho constitucional. «Estamos rodeadas por un ejército de aliados», les dice además. Frente al aumento de la islamofobia y otros delitos de odio en EEUU «este año se ha desarrollado un sentimiento de unidad en comunidades marginalizadas», cuenta a este diario.
Desde que sus vídeos se han hecho virales la joven ha recibido casi 100 peticiones para impartir sus cursillos, desde su barrio «hasta Nigeria, Marruecos y Reino Unido». Muchas mujeres también han compartido con ella las historias de hostigamiento y acoso.
Su popularidad y su mensaje para dar poder a las mujeres también le han valido el odio de muchos trolls. «Me han enviado amenazas bastante feas -como ‘por eso no hay que quitarles el velo, hay que dispararles en la cabeza’- y han escrito comentarios de odio en los vídeos. Normalmente no los contesto, pero animan a seguir con este trabajo que hago».
Fuente: Verne