Esta norma internacional ha permitido el desarrollo de un lenguaje común en materia de responsabilidad social.
Cada vez más las organizaciones toman conciencia de la importancia que tiene la responsabilidad social (RS) en su estrategia de negocios, pero ante la gran variedad de estándares y herramientas, les resulta complicado definir qué rumbo seguir. La ISO 26000 es la primera norma internacional de RS, su alcance permite a las organizaciones trabajar en los tres aspectos base: económico, social y ambiental; tiene alrededor de 900 recomendaciones y no establece un sistema de gestión, por lo que no es certificable; agrupa la visión de expertos de 99 países y de seis grupos de interés: consumidores, gobierno, industria, organizaciones de la Sociedad Civil, trabajadores y otros (servicios, universidades, investigación, etcétera); su elaboración implicó cinco años de trabajo.
Además de promover una terminología común, la ISO 26000 define siete principios base para las organizaciones: rendición de cuentas, transparencia, comportamiento ético, respeto de los intereses de las partes interesadas, respeto al principio de legalidad, respeto a la normativa internacional de comportamiento y respeto a los derechos humanos. Hace hincapié en la importancia de reconocer la RS y usar la debida diligencia al tomar decisiones, no sólo en la organización, sino en toda su esfera de influencia.
La norma define que cada organización debería identificar sus partes interesadas, es decir, las personas y organizaciones que se ven o podrían verse afectadas por las decisiones y actividades de la organización, con el fin de cuidar sus impactos reales y potenciales en ellas, así como de atender sus necesidades y expectativas.
La ISO 26000 propone la integración de siete materias fundamentales en las prácticas de la organización: gobernanza, derechos humanos, prácticas laborales, medio ambiente, asuntos de consumidores, prácticas justas de operación y participación activa, así como desarrollo de la comunidad.
Una vez que su estrategia quede definida, una organización podrá autodeclarar el cumplimiento con la norma ISO 26000, estableciendo indicadores de gestión.
La inclusión de las recomendaciones de la norma ISO 26000, como buena práctica de gestión, permite a la organización revisar y mejorar su desempeño en materia de RS y beneficiarse, al incrementar la rentabilidad, mejorar el clima laboral y alcanzar mayor productividad, reducir costos operativos (optimización de recursos, reciclaje), mejorar la gestión de los riesgos (incluso con la disminución de litigios y sanciones legales), incrementar la confianza y satisfacción de las partes interesadas, mejorar la credibilidad de la comunicación en RS, lograr una ventaja competitiva con mayor credibilidad y mejor reputación, entre otros.
La ISO 26000 ha dado un gran paso en materia de RS bajo tres premisas: la coherencia al desarrollar una terminología común en RS; la credibilidad, al incrementar la confianza de los stakeholders en las empresas y sus reportes, y la cobertura, al ser una norma de alcance.
Fuente: El Economista