¿Qué hacer como consumidores si queremos evitar dañar el medio ambiente? En primer lugar se encuentra el reducir nuestras emisiones con estrategias como buscar comprar menos o evitar el uso del automóvil. Pero cuando ya nos encontramos en el supermercado la opción es buscar marcas cuyos empaques y productos sean más verdes. Si queremos llevarlo más allá, podemos averiguar en internet o usar aplicaciones que provean información sobre lo que pensamos adqurir.
Hay compañías que intentan ayudarnos a cumplir este objetivo. Por ejemplo, Walmart acaba de lanzar en Estados Unidos una etiqueta que permite a quienes compran en su tienda en línea concoer qué productos son los más verdes. Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que es casi imposible que los consumidores conozcamos todas las variables, en parte porque las etiquetas son vagas, confusas o simplemente greenwashing.
Por ejemplo, un nuevo estudio publicado en la revista Air Quality, Atmosphere & Health y retomado por Fast Company analizó productos de limpieza y de cuidado personal para saber si contienen compuestos químicos dañinos y descubrió la presencia de más de una centena de estos.
Lo interesante del caso es que aquellos productos etiquetados como «verdes» u «orgánicos» no tenían diferencias notables en sus emisiones dañinas con aquellos que no tenían estas etiquetas. Además, muchos de los químicos encontrados estaban en la fragancia de los productos y no aparecñian elistados en los ingredientes, porque no se requiere que se desglosen los elementos de las fragancias.
De hecho, los productos de cuidado personal deben incluir la existencia de «fragancia» o «perfume», pero los de limpieza o lavandería ni siquiera tienen que incluir estas palabras en sus etiquetas. Por lo tanto, aun un consumidor en verdad comprometido no podría encontrar los ingredientes peligrosos con solo leer la lista de ingredientes.
Por todas estas razones, la responsabilidad no debe recaer en los consumidores finales sino en las empresas y en la legislación. Las etiquetas, en lugar de ayudar a crear un mundo más sustentable, crean la ilusión de que existen productos que ya son «perfectos» o que no tienen impactos graves en la sociedad o el ambiente.