Por: Antonio Tamayo Neyra
Aunque pueda sonar exagerado, es posible que la Responsabilidad Social que se requiere actualmente tenga que aplicarse mucho más allá del ámbito empresarial, y sea necesario convertirla en el paradigma de la sociedad en al menos en estas primeras décadas del siglo XXI.
En México país, y principalmente en su zona norte, actualmente se está viviendo una escalada de violencia sin precedente al menos en las dos últimas generaciones; mucho se habla que es por la lucha contra los grupos de narcos, además de la guerra entre ellos por territorios.
Sin embargo, cualquiera que sea, el caso es que en esta violencia los grupos de narcos están utilizando a jóvenes de bajos recursos como mercenarios que rondan mayoritariamente entre los 18 y 30 años; jóvenes sí que tienen como motivación principal para involucrarse en estas actividades, la obtención de ingentes cantidades de dinero sin importar el elevado riesgo de morir. Al respecto, hace poco escuche que uno de sus lemas con el que se justifican dice que: “Prefiero vivir cinco años como rey, que vivir 50 años como buey”. Haciendo referencia a la forma de vida que han tenido sus padres, laborando sin parar y sin poder mejorar sustancialmente su forma de vida.
Ante esta mentalidad claramente cortoplacista y que muestra a las claras el que dichos jóvenes no perciben ningún futuro para ellos, es realmente dramático el percibir esta forma de pensar en esta generación que no encuentra una mejor alternativa de vida; vivir el presente lo mejor que se pueda porque no hay un futuro alcanzable ni posible.
Ahora bien, de ser cierto lo antes mencionado surgen las siguientes preguntas: ¿Qué ha hecho u omitido la generación adulta para que este sea el mundo concebible para estos jóvenes? ¿Qué valores o antivalores se han transmitido de manera consciente o inconsciente para que aflore con tal fuerza y magnitud dicha mentalidad en esta inmensa cantidad de jóvenes que no les importa morir ahora?
Con ellos es claro que el valor del dinero como fuente de felicidad y poder en el aquí y ahora lo es todo, y todo lo demás como la perseverancia y el esfuerzo no tienen ningún sentido.
Tal vez ellos sean el resultado de una sociedad que no ha permitido la mejora sostenible de una generación que en los pasados cuarenta años no pudo mejorar realmente su nivel de vida.
O es posible también que sean el producto de unos medios de comunicación que a través de diversas series de televisión magnifiquen a quienes por métodos violentos y poco éticos, se convierten en los líderes e imágenes a seguir; en detrimento de aquellos que siguen los causes de la honradez y el trabajo continuo respetando a los demás en su ámbito escolar, laboral y social en general.
No tengo respuestas plenas a los cuestionamientos antes mencionados; sin embargo pensando a futuro, posiblemente como sociedad tengamos como una de nuestras principales Responsabilidades Sociales, el generar y fomentar una sociedad que cultive y enaltezca los valores de convivencia y respeto, premiando el esfuerzo y el trabajo honesto, y no considerar el dinero como el máximo valor y como último fin para cualquier ser humano.
En abono a lo anterior, baste considerar que una ciudad o sociedad en general, es más segura no por la cantidad de policías existentes, sino por el fomento de incentivos positivos y la creación de mecanismos socioeconómicos que permiten la instrumentación real de dichos incentivos, los países nórdicos como Suecia y Finlandia son un claro ejemplo de ello.
Tal vez pueda sonar utópico lo anterior, pero la historia nos habla de personajes que pueden ser tomados como ejemplos, hablo desde un Gandhi, o un Martin Luther King, que sin fomentar la violencia lograron sus metas.
En cualquier caso, de no hacer nada, la actual llamada narcoviolencia será solamente el primer paso para llegar a una sociedad donde impere la llamada ley de la selva, algo que ya vemos desafortunadamente en Ciudad Juárez o en Caracas.
Seguiremos platicando …
Blog: http://atamayon.blogspot.com
Antonio Rey Tamayo Neyra
Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso)
También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales.
Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.