Hay contradicciones en política energética, aseguran expertos
El Centro de Investigación en Energía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) consideró que hay “contrasentidos” en las políticas energéticas aplicadas por el gobierno mexicano.
Lo anterior, debido a que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) adoptó el aumento del uso de carbón para producción de energía eléctrica, sin prever los impactos ambientales y las afectaciones a la salud de la población.
El Universal publicó que México será anfitrión de la próxima cumbre mundial contra el cambio climático y que retomó el uso del carbón para la producción energía eléctrica. La CFE anunció que incrementará la demanda de carbón de 10 millones de toneladas, a 25 millones en 2024, un aumento de 137%.
Informes de la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte señalan que las tres carboeléctricas que operan en el país emiten al ambiente 20.8 millones de toneladas de dióxido de carbono (30% del total nacional). El dióxido de carbono es uno de los gases causantes del calentamiento global.
Claudio Estrada Gasca, científico integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y director del Centro de Investigación en Energía de la máxima casa de estudios, agregó que la razón por la que el gobierno mexicano a través de la Secretaría de Energía (Sener) optó por carbón, es por un problema de costos.
Explicó que “no podemos seguir considerando los costos energéticos sin tomar en cuenta las externalidades: los costos ambientales y en salud, que no se consideran para nada cuando se cotizan en los mercados internacionales esas tecnologías”.
Ayer, la AMC presentó el documento Energías Alternas: Propuestas de Investigación y Desarrollo para México, donde se detallan las potencialidades y capacidades del país para la implementación de fuentes de energías alternas frente a la disminución de combustibles fósiles.
Estrada Gasca agregó que en 10 años México podría convertirse en líder mundial en energías renovables. “(El país) cuenta con recursos materiales y humanos suficientes para iniciar este proceso de transformación y así financiar el paso de nuestro país a la sociedad del conocimiento”.
Jorge Islas Samperio, investigador del Centro de Investigación en Energía de la UNAM y coordinador del documento presentado, resaltó que se requerirían 14 mil 500 millones de dólares adicionales a los recursos que se invierten actualmente para que, en el año 2030, México produjera 35% de su energía a partir de fuentes renovables.
Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la AMC, recomendó el impulso de la investigación en energía y en ciencia espacial, como áreas de conocimiento aplicado que podrían tener un impacto en el desarrollo del país y en la creación de empleos.
Ante las evidencias de que el desarrollo de los países se basa en el conocimiento, planteó la necesidad “urgente” de crear una Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, que desarrolle una política científica de Estado, que le permita a México fomentar el crecimiento económico, mejorar las condiciones de sus habitantes y ubicarlo en la competencia de la economía mundial.
José Franco López, vicepresidente electo de la AMC, comentó que tanto en el área energética como en el área espacial, México es privilegiado por su posición geográfica en el continente.
Agregó que la Agencia Espacial Mexicana ya cuenta con un marco jurídico y que el siguiente paso es hacer un plan de trabajo que incluirá la formación de cuadros de especialistas y el establecimiento de infraestructura.
Para llevar a cabo proyectos espaciales “ambiciosos”, como el establecimiento de una plataforma de lanzamiento de cohetes en Baja California, explicó que se requeriría el establecimiento de redes de colaboración con otras agencias espaciales del mundo.
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