El número de niños víctimas del trabajo infantil ha disminuido de manera general en el mundo, pero ha aumentado en África subsahariana, donde más de una cuarta parte de los menores de edad son explotados en alguna actividad lucrativa.
Los datos más recientes indican que ha empeorado el porcentaje de niños que trabajan en África subsahariana, uno de cada cuatro —la peor tasa del mundo—, declaró ayer Johanne Dunn, asesora para la protección infantil del UNICEF.
Hoy, 12 de junio, se conmemora el Día Contra el Trabajo Infantil, un fenómeno que afecta la seguridad y las posibilidades de educación de, al menos, 150 millones de niños entre cinco y 14 años de edad en el mundo.
Dunn reconoció, sin embargo, que esa cifra está subestimada porque los niños huérfanos, inmigrantes y aquellos que trabajan en el servicio doméstico o son víctimas de la explotación sexual son una “parte invisible” de esta problemática y suelen quedar fuera de las estadísticas.
El cálculo de uno de cada cuatro niños trabajadores en África subsahariana es muy superior a la segunda región que presenta el peor indicador: Asia-Pacífico, con uno de cada ocho niños, mientras que en Latinoamérica y el Caribe es de uno de cada 10.
El agravamiento de la situación, pese a las campañas nacionales e internacionales para mejorarla, también se refleja en que “el número de niños que combinan trabajo y escuela ha subido en algunas regiones hasta tres veces”, dijo Dunn.
Se cree que la actual crisis económica, que fue precedida por otras provocadas por el alza del precio de alimentos y combustible, ha empujado a más niños a trabajar para sobrevivir.
Niños sacan tarjeta roja
Unos 300 niños sacaron ayer tarjeta roja al trabajo infantil durante una manifestación frente a la sede europea de la ONU en Ginebra, convocada conjuntamente por la organización Le Respect y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“En Ginebra somos muy conscientes de las condiciones en las que algunos niños trabajan y daremos cada año todo lo que podamos para que los gobiernos también sean conscientes de esto”, declaró a EFE una de las organizadoras del evento, Beatrice Gisiger, de Le Respect.
Para ello, los escolares reunidos en la ginebrina plaza de las Naciones, frente al palacio de Naciones Unidas, mostraron su intención de marcar un gol para eliminar la explotación infantil en el trabajo, y conseguir que en 2016 —cuando se celebre de nuevo el Mundial de futbol— esa práctica esté erradicada.
Los niños presentes en el acto soltaron cientos de globos por el cielo de Ginebra, como símbolo de una independencia de la que no pueden disfrutar los 215 millones de niños que trabajan, según la OIT.
Los escolares mostraban tarjeta roja cada vez que se les recordaba que otros niños de su edad no tienen acceso a una educación, y que no pueden ver el futbol por la televisión, ya que se encargan de fabricar balones.
“El objetivo de hoy era traer a niños de escuelas de Ginebra, para que mostrasen su interés por otros niños que a veces son tratados de forma dramática”, resaltó Gisiger a EFE.
La Organización Internacional del Trabajo calcula que del total de los menores que trabajan, 115 millones lo hacen expuestos a labores que entrañan peligro para su salud.
“No es aceptable que haya tantos niños en el mundo trabajando como sucede ahora, porque merecen un futuro mejor”, sentenció Beatrice Gisiger.
El Universal – el mundo, p. A18