Casi uno de cada siete niños del mundo, un total de 300 millones, vive en zonas con aire que presenta niveles de toxicidad seis veces superiores a las directrices internacionales, apuntó el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
En total, imágenes de satélite muestran que aproximadamente dos mil millones de niños viven en zonas donde la contaminación atmosférica supera las pautas de calidad del aire establecidas por la Organización Mundial de la Salud.
Esta contaminación puede ser provocada por factores tales como las emisiones de vehículos, el uso intensivo de combustibles fósiles, el polvo y la quema de residuos.
En Asia meridional se encuentra el mayor número de niños que viven en estas zonas, con 620 millones; África es la siguiente región, con 520 millones de niños. En la región de Asia oriental y el Pacífico hay 450 millones de niños que viven en estas zonas.
En el continente americano, Unicef indicó que 130 millones de menores viven en zonas donde la contaminación exterior del aire excede las normas internacionales, pero tan sólo un millón vive en áreas donde esta toxicidad es cuatro veces superior al estándar mundial.
De acuerdo con imágenes de satélite, las zonas con mayor contaminación en América son porciones de la ciudad de México y su zona conurbada, así como zonas alrededor de las urbes de Lima y Santiago, y un área en el centro de Argentina.
Los resultados se presentan una semana antes de la Conferencia de las partes, que se celebrará en Marrakech, Marruecos, y en la que Unicef pedirá a los dirigentes mundiales que tomen medidas urgentes para reducir la contaminación atmosférica en sus países.
“La contaminación atmosférica es un factor importante en la muerte cada año de unos 600 mil niños menores de cinco años, y cada día amenaza las vidas y el futuro de millones más”, afirmó el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake.
El directivo precisó que “los contaminantes no sólo dañan los pulmones en desarrollo de los niños, sino que también pueden realmente cruzar la barrera hematoencefálica y dañar permanentemente sus cerebros en desarrollo, y por tanto su futuro”.
El estudio analiza también la pesada carga que supone la contaminación en los recintos cerrados, causada generalmente por el uso de combustibles como el carbón y la madera para cocinar y calentarse, que afecta principalmente a los niños de zonas rurales con bajos ingresos.
En conjunto, la contaminación atmosférica en el interior y el exterior está directamente relacionada con la neumonía y otras enfermedades respiratorias responsables de casi una de cada 10 muertes de menores de cinco años.
Unicef explicó que los niños son más susceptibles que los adultos a la contaminación atmosférica interior y exterior, ya que sus pulmones, sus cerebros y sus sistemas inmunitarios están aún en desarrollo y sus vías respiratorias son más permeables.
Los niños también respiran más rápido que los adultos, e inhalan más aire en relación con su peso corporal, puntualizó el organismo.
Los más desfavorecidos, cuya salud tiende a ser peor y además su acceso a los servicios de salud suele ser inadecuado, son los más vulnerables a las enfermedades causadas por la contaminación atmosférica, de acuerdo con Unicef.
Fuente: Aristegui