Viajar por todo el país con un sólo objetivo: despedir gente. Ése es el trabajo profesional de Ryan Bingham; para eso lo contratan las empresas; para liquidar a sus propios colaboradores sin tener que darles la cara.
Estamos hablando de la última cinta de George Clooney, Up in the Air, donde su rol es el de un empleado de una firma que es contratada cuando una compañía decide ejercer un fuerte recorte de personal y no quiere lidiar con las reacciones de sus propios empleados; es decir, cuando decide ejecutar un downsizing sin ensuciarse las manos. Así, Bingham es el responsable de entrevistarse personalmente con cada uno de los empleados, para darles la mala noticia, sin importar la edad, condiciones o pretensiones de estos.
La cinta por supuesto que se puede analizar desde muchas aristas pero una de las más interesantes es desde la responsabilidad social; y no porque vayamos a criticar el rol de Bingham, quien en última instancia, sólo hace su trabajo, sino porque es de llamar la atención la forma en que enfocan lo despiadada que puede ser una compañía al ejecutar un recorte de personal y que, muchas veces, la tan cacareada «estabilidad laboral» es sólo letra muerta o un catálogo de buenas intenciones que hacen ganar certificaciones o reconocimientos a las organizaciones.
Dentro del desarrollo de la cinta, más allá de conocer al protagonista, llama también la atención la llegada a su empresa de una joven emprendedora, misma que sugiere a los directivos que mandar a gente como Bingham por todo el país es muy costoso, y que las nuevas tecnologías permiten hacer el mismo trabajo vía internet. La sugerencia es puesta a prueba y lo que sucede es demoledor, ya que si bien es duro ser despedido, lo es más serlo a través de una conversación estilo chat.
Up in the Air pone el dedo en la llaga del mundo empresarial actual, donde la responsabilidad corporativa se transforma día a día, siendo para muchos, tan sólo una bonita etiqueta y no una forma de gestión. La cinta exhibe de manera cruda no sólo la indiferencia, sino incluso el desprecio que las compañías practican con sus empleados. Asimismo es un estupendo retrato del lado más frío de los ejecutivos de hoy, con agendas llenas de nombres pero sin relaciones personales, individuos de alta eficiencia abandonados a la miseria de su solitario éxito. En este marco, la actuación de Clooney y el resto del equipo que colabora en la cinta, es un logro impresionante. No por nada está nominada en los renglones de Mejor Película, Dirección, Guión, Actor y Actriz de Reparto.
Hay que decir que la realización está basada en la novela de Walter Kirn, escrita hace casi diez años; indudablemente fue una buena mirada al frío futuro corporativista y tecnológico que hoy estamos viviendo.