El 10 por ciento de la superficie agrícola sembrada en el contexto mundial utiliza actualmente cultivos transgénicos.
De acuerdo con el reporte anual sobre la adopción de cultivos biotecnológicos en 2010 del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas, México es uno de los países con mayor número de autorizaciones otorgadas con un total de 87 en nueve cultivos, sólo por detrás de Estados Unidos, Japón y Canadá.
«México, uno de los países pioneros en la adopción de cultivos biotecnológicos desde 1996, descendió dos lugares en la lista mundial y ocupa actualmente el lugar 17.»
De acuerdo con el texto, al cumplirse 15 años de la comercialización de cultivos biotecnológicos en el mundo, el número de países productores de cultivos biotecnológicos pasó de 25 a 29, de los cuales diez naciones son industrializadas y cultivan el 52 por ciento de la superficie, en tanto que el resto se cultiva en 19 países en desarrollo.
Además, destaca que en México se realizaron con éxito los primeros ensayos experimentales en la región norte del país, utilizando tecnologías para el control de plagas de insectos y malezas, después de 12 años de prohibición a la investigación en campo con estas tecnologías.
No obstante, por segundo año consecutivo nuestro país descendió dos lugares en la lista de países con mayor superficie agrobiotecnológica sembrada, cayendo hasta el decimoséptimo lugar al conservar las más de cien mil hectáreas sembradas con algodón y soya genéticamente modificados.
El reporte indica que la superficie cultivada con semilla genéticamente modificada en el ámbito mundial creció 10 por ciento (14 millones de hectáreas, respecto de 2009), logrando una cifra récord de 148 millones de hectáreas sembradas por 15.4 millones de agricultores durante el año pasado.
Los cultivos genéticamente modificados -asegura la investigación- generaron un beneficio económico por 65 mil millones de dólares, 44 por ciento a razón de la reducción en los costos de producción y 56 por ciento debido a un incremento en la productividad que representa un aumento por 229 millones de toneladas en las cosechas.
Fuente: El Financiero, Sociedad, p 28.
Por: Miriam de Regil.
Publicada: 20 de mayo de 2011.