Por Kenya Giovanini
Alrededor del mundo existen grandes construcciones que han sido olvidadas por los seres humanos pero no por la naturaleza; algunos de ellos han sido viviendas que atestiguaron los mejores momentos de una familia por generaciones, otros pudieron ser teatros cuyas butacas quedaron vacías pero sus muros conservan la esencia del arte, unos pocos más han sido testigos de históricos momentos deportivos como los juegos olímpicos y los menos afortunados fueron en algún momento víctimas de desastres como el accidente nuclear de Chernóbil, o de inversiones fallidas como la del Salto Hotel en Colombia.
Además de sus valiosas historias, estos fantasmagóricos lugares albergan objetos cuyos materiales pueden ser aprovechados en la fabricación de mesas, sillas y otros artículos útiles para los seres humanos y ayudar a prevenir la sobre explotación de los recursos naturales.
Es precisamente partiendo de esta idea que el arquitecto Michael Bricker decidió invadir un viejo estadio en Indianápolis para convertirlo en paradas de autobuses, bolsos y otros proyectos.
Bricker convenció a la empresa encargada de la demolición del viejo estadio de los potros, el RCA dome, y a un grupo de personas, de retirar todos aquellos muebles que pudieran reutilizarse para evitar que terminarán en el basurero de la ciudad.
La sustentabilidad es un término que comienza a formar parte de la vida cotidiana. Las personas no se dan cuenta que estos objetos que catalogan basura pueden tener una segunda oportunidad, comentó Bricker.
Entre los objetos que rescataron fue el domo y con ayuda de la organización Pupstops, lo transformaron en una línea de mochilas y carteras. También aprovecharon el material del techo para construir varios pabellones; gran parte del dinero recaudado se canalizó en proyectos para la comunidad.
https://www.instagram.com/p/9rT5pOm7qV/?taken-by=peopleforurbanprogress
La organización Pupstops aprovecha los asientos de varios estadios abandonados para crear paradas de autobuses y otros productos.
Casi hemos duplicado el número de paradas en Indianápolis, utilizando un recurso que la ciudad ya tenía. Hasta la fecha más de 50 se han instalado en parques, a fuera de diversas tiendas y más ayudando a cubrir una necesidad en la comunidad, comparte Pupstops en su página.
Estos viejos lugares por lo general terminan abandonados o demolidos pero lo que le sucedió a la explanada del estadio de Silverdome simplemente dejó sin palabras a muchas organizaciones.
El techo del Silverdome se desinfló y dejó a la intemperie toda la cancha, permitiéndole a la naturaleza reclamar este espacio.
El proyecto de Bricker va más allá de reciclar, ya que además de aprovechar estos elementos para crear proyectos que ayuden a la comunidad y beneficiar a un lugar público, también desvía estos recursos para que no terminen en los vertederos.
La sustentabilidad y el reciclaje ya no es algo fuera de este mundo para Indianápolis.
Muchos emprendedores han contactado a PUP para desarrollar más proyectos y las empresas de demolición les brindan la oportunidad de retirar todos estos elementos. Incluso Michael ha compartido con la organización, más de sus ideas para reciclar materiales utilizados en la publicidad de los partidos.
https://www.instagram.com/p/ogNMdEm7m9/?taken-by=peopleforurbanprogress
Sin duda esta es una gran alternativa que sabe aprovechar todos lo recursos. Esta iniciativa debería desarrollarse alrededor del mundo ya que no sólo ayuda a combatir la crisis ambiental, también beneficia a la sociedad.
¿Qué opinas?, ¿te gustaría tener un poquito de tu estadio favorito repartido en la ciudad?
