No hay época del año más esperada que las vacaciones, sobre todo cuando llevamos un ritmo de vida acelerado. Sin embargo, las decisiones que debemos tomar alrededor de los viajes suelen ser complicadas. Por eso, te ofrecemos algunos consejos para que la sustentabilidad esté incluida en tus días de descanso de la manera más fácil posible, y así disfrutes al máximo, siempre cuidando el ambiente.
Primero que nada, le sugerimos elegir un destino ambientalmente amigable. Por fortuna, México cuenta con un gran número de opciones que te encantarán por su belleza natural y sus alternativas ecoturÍsticas. Si optas por otro sitio, no te preocupes: seguramente ahí también descubrirás una manera de hacer que tu viaje sea respetuoso con el planeta.
Una vez que te hayas decidido, procura reservar en lugares certificados o avalados por alguna institución, ya que existen destinos que se hacen llamar eco y que realmente no lo son.
Entre las mejores prácticas de ecoturismo que deben cumplir los hoteles, se encuentran las siguientes:
* Utilizar sistemas de tratamiento de agua residual.
* Aprovechar las fuentes renovables de energía.
* Contar con diseño bioclimático.
* Promover el cuidado de las especies de flora y fauna que hay en el lugar.
* Fomentar el consumo de productos desarrollados, elaborados o extraídos en la región.
* Las actividades que fomentan están diseñadas para tener el menor impacto ambiental posible.
Ya que elegiste las fechas en que viajarás, revisa el clima para calcular bien tu equipaje: no cargues de más. Mientras más ligero vaya tu auto, menos combustible requerirá. Además, siempre es bueno tener espacio por si, estando allá encuentras un bello recuerdo sustentable que se venga de regreso en tu maleta. Para esto, elabora una lista con todo lo que consideres necesario: cámara, binoculares, lámpara, lentes de sol, etcétera. Preparar tu maleta con detenimiento permitirá que no hagas compras de objetos que ya tienes en casa.
Por supuesto, cuando estés empacando, recuerda llevar artículos de aseo personal: champú, jabón, bloqueador y repelente de mosquitos. Procura que éstos no sean contaminantes y que hayan sido fabricados con ingredientes naturales, biodegradables y de empaque ecológico.
Si vas a viajar con muchos amigos o familia, procuren ir en coche y compartirlo para no recurrir a demasiados autos. En caso de que sea necesario llevar objetos desechables, como vasos, platos, cubiertos, panales o toallas sanitarias, trata de que éstos sean biodegradables.
Viajar por carretera no sólo sirve para conocer los lugares que hay en el camino, también es menos contaminante que los aviones, por la cantidad de emisiones de carbono que generan. Si es imposible y debes ir en avión, te sugerimos neutralizar las emisiones que generas por este trayecto. Aquí puedes encontrar organizaciones que te ayudarán a hacerlo.
Una vez que te encuentres en el destino, es hora de disfrutar al máximo, pero sin descuidar las pequeñas grandes acciones que seguirán haciendo de tu aventura un viaje increíble y sustentable.
Pon el buen ejemplo y no tires basura si no es en los contenedores que existan, y si tienen espacios para separarla) mejor. Cuando las baterías de tu cámara o celular se agoten, cárgalas só10 lo necesario y siempre desconecta los cargadores de la corriente eléctrica. Si las pilas no son recargables, regrésalas a tu ciudad para desecharlas en depósitos especializados. Toma fotografías para que te lleves un excelente recuerdo de la experiencia; además, así puedes enseñárselas a quien no haya ido y recomendar este tipo de actividades para fomentar los viajes sustentables.
Por supuesto, recuerda que cuando se trata de comer, hay grandes oportunidades de hacer tu viaje más verde, eligiendo las delicias culinarias en los mercados y restaurantes locales, en vez de acudir a los establecimientos en cadena. Además de comer rico, vas a apoyar a la comunidad que habita en la zona.
Por último, no olvides que el sitio que visitas te otorga una gran experiencia. Así, como turistas, debemos dejar el lugar más limpio de lo que lo encontramos. Esto permitirá que sea visitado por otras personas, y que las futuras generaciones cuenten con, al menos, los mismos recursos que nosotros disfrutamos hoy.
Fuente: Revista Equilibrio No. 58
Publicada: Junio de 2013
