La moda ética y sostenible está ganando popularidad. Varios estudios muestran que el conocimiento de los clientes sobre los problemas de sostenibilidad en el sector de la moda está creciendo, pero ¿Cómo vender moda ética?
Según la Encuesta del Consumidor de la Revolución de la Moda de 2020, el 77% de los encuestados considera crucial que las empresas de moda aborden los desafíos sociales y medioambientales. Las personas de las generaciones más jóvenes, especialmente los millennials y la Generación Z, otorgan una mayor importancia a consideraciones ecológicas y éticas en sus decisiones de compra. Pero, ¿por qué no vemos que eso se traduzca en una cuota de mercado significativa y el público sigue pagando por moda rápida?
Según señala Victor Hugo Ramos en B The Change, a pesar del creciente interés y conciencia sobre el diseño ético y sostenible, la moda rápida y los negocios tradicionales continúan dominando el sector, lo que dificulta que la moda sostenible logre una gran cuota de mercado.
A pesar de todas las intenciones, el potencial y la necesidad de ello, la moda ética ha tenido dificultades para prosperar. La mayoría de los clientes hablan de enfatizar la moda ética y sostenible, pero los datos revelan que aún representa una modesta fracción del negocio global de la moda. Como resultado, los fondos aún no fluyen en esa dirección.
Sin embargo, hay razones para ser optimistas sobre el futuro. Por ejemplo…
…en Estados Unidos, la Generación Z y los millennials ya representan el 32% del gasto minorista total, y se espera que esa cifra aumente al 48% para 2030.
Dado su mayor propensión hacia la sostenibilidad y la responsabilidad social en sus decisiones de compra, la influencia agregada de estos elementos muestra que la participación de la nueva generación en el mercado de consumo tiene el potencial de catalizar un cambio considerable.
Sin embargo, la velocidad del cambio también está determinada por elementos complicados como consideraciones económicas, educación del consumidor, respuesta de la industria y capacidad para abordar los obstáculos existentes en la industria de la moda.
El precio, la gran barrera para vender moda ética
Muchos consumidores siguen enfatizando el precio, la conveniencia y el estilo por encima de la sostenibilidad. Esto es cierto incluso para los millennials y la Generación Z, que son el público objetivo principal de la moda rápida y tienen salarios más bajos que las generaciones anteriores. El precio y la conveniencia, en mi opinión, son dos factores importantes que generarán resultados mejorados.
Colaboraciones, buena táctica
Las colaboraciones y asociaciones entre empresas de moda ética y tiendas establecidas pueden aumentar considerablemente la disponibilidad y visibilidad de opciones de moda consciente. Al incorporar líneas éticas en minoristas tradicionales, plataformas en línea y mercados de moda, los consumidores tienen un mayor acceso a opciones sostenibles. Las iniciativas de co-branding y colaboración ayudan a cerrar la brecha entre la moda ética y convencional, atrayendo a una base de consumidores más amplia y generando demanda.
Sin embargo, liderar esta tendencia es difícil porque las empresas de moda ética aún no tienen una gran cuota de mercado para liderar estas colaboraciones. Por lo tanto, depende de la atención de tiendas establecidas y marcas convencionales. Por lo tanto, la tentación es realizar una colaboración rápida, oportuna e irrelevante. La iniciativa de las empresas éticas, que tienen un impacto a largo plazo y una mentalidad relevante, debe establecerse gradualmente a través de asociaciones y una conversación regular sobre las posibilidades de valor compartido.
La adopción independiente y voluntaria, según Kenneth P. Pucker en su artículo de Harvard Business Review «El mito de la moda sostenible»:
«La triste verdad, sin embargo, es que toda esta experimentación y presunta ‘innovación’ en la industria de la moda en los últimos 25 años no ha logrado disminuir su impacto planetario, una fuerte llamada de atención para aquellos que creen que los esfuerzos voluntarios pueden abordar con éxito el cambio climático y otros desafíos importantes que enfrenta la sociedad»… Es hora de cambiar después de un cuarto de siglo de experimentar con el enfoque voluntario y basado en el mercado para la sostenibilidad de la moda. Exigir que los compradores actúen según sus intenciones y compren ropa ecológica más cara no está funcionando. Si los consumidores estuvieran realmente dispuestos a gastar más, la búsqueda de afirmaciones, etiquetado y complicaciones sería demasiado».
Es verdad que las estrategias no están funcionando lo suficientemente rápido y que se requieren algunos cambios para superar estas dificultades. La moda es una empresa cultural que emplea la creatividad para generar reflexión.
Los gobiernos de todo el mundo deben comenzar a ver esta industria como un área estratégica en la que invertir para lograr objetivos a largo plazo. Los responsables políticos pueden aumentar la influencia de la demanda del consumidor y acelerar el cambio sistémico al proporcionar un marco regulatorio favorable. Las soluciones éticas y sostenibles pueden volverse más atractivas mediante políticas y regulaciones bien desarrolladas, como incluir el costo de las externalidades negativas. Sin embargo, en lugar de castigo y recompensa, debemos instar a los actores a colaborar en aras de nuestro mundo.
La solución para aumentar el número de personas que usan moda sostenible no depende únicamente de las marcas, movimientos o consumidores. Con el cambio de generación, existe una tremenda oportunidad para resolver dificultades sistémicas, pero las buenas intenciones sin una estructura adecuada no funcionarán. Para hacer la transición hacia un sector y una economía de moda regenerativos, será necesario que los actores clave, como las marcas, los clientes y los políticos, trabajen juntos. Vender moda ética no depende de un solo actor, sino un cambio cultural y de sistema.