En Reino Unido hay una nueva alerta debido a la venta de hormonas sexuales para masculinizar o feminizar el cuerpo que ponen a disposición de cualquiera estos medicamentos sin necesidad de una receta médica ni ninguna certeza de la fiabilidad de las sustancias que entregan.
Esto ha despertado el temor de que los menores de edad acudan a la compra ilegal de este tipo de productos, sobre todo después de que el Servicio Nacional de Salud (NHS) de Reino Unido declaró que se dejarían de suministrar bloqueadores de la pubertad a menores de 18 años debido a la falta de pruebas científicas de que este tipo de tratamientos sirvan para reducir la disforia de género, luego del polémico informe que reveló la inconsistencia de estos tratamientos.
Los profesionales de la salud temen las consecuencias que esto podría traer a la salud de los jóvenes. Entérate.
Venta de hormonas sexuales atenta contra la salud
La venta de hormonas sexuales sin prescripción médica tiene un costo que oscila desde los 10 hasta los 30 euros al mes para un tratamiento de 28 días en farmacias en línea de lugares como la India, Hong Kong y Portugal, las cuales no cuentan con una certificación o garantía de seguridad, según información de The Guardian.
Las páginas de los proveedores indican que el uso de estos productos sólo es posible en mayores de 18 años, pero no parece haber barreras para asegurarse de que sólo adultos adquieran estos fármacos.
Además, en Reino Unido existen proveedores online, incluso con sede en dicho país, que distribuyen mezclas de hormonas, generalmente inyectables, cuyos procesos de fabricación se describen como “caseros”.
Todos estos hallazgos causan preocupaciones debido a la facilidad con la que los menores de edad podrían acceder a presuntos tratamientos hormonales en línea y las posibilidades de que cada vez más personas, incluídos los jóvenes, opten por recurrir al tráfico ilegal de fármacos para tratamientos hormonales.
Faltan pruebas de seguridad y eficacia
El mes pasado la Dra. Hilary Cass, presentó los resultados de una investigación en la que se dio a conocer la falta de sustento científico para suministrar bloqueadores de la pubertad y hormonas cruzadas a pacientes que presentan disforia de género, ya que no está demostrado que esto reduzca los síntomas y tampoco hay suficientes estudios de que estos tratamientos sean seguros y se les pueda deslindar de otras complicaciones, como problemas de crecimiento, la salud ósea, efectos cardiometabólicos, o la fertilidad, entre otros.
Tras estos hallazgos el NHS comunicó que dejarían de suministrar este tipo de tratamientos a los menores de edad, salvo que los pacientes tuvieran condiciones médicas específicas que evidenciaran la necesidad de aplicar este tratamiento antes. Posteriormente el regulador de Salud de Inglaterra declaró que se tomarían medidas coercitivas contra las clínicas privadas que desatendieran la prohibición del NHS y continuaran brindando tratamientos hormonales a los menores de edad.
No obstante, la Red de Seguridad Trans ha señalado que desde 2020, cuando se redujo de manera considerable la aplicación de hormonas para jóvenes, se han llevado a cabo investigaciones sobre suicidios de jóvenes trans que consideran que esta restricción es agravante. Un portavoz de la Red indicó:
«La casi eliminación de estas vías hará que los jóvenes queden expuestos a riesgos y tomen medidas por su cuenta»
El portavoz también expresó que estas medidas severas contra la terapia hormonal fomentará conductas de automedicación debido a la falta de atención médica que brinde un servicio seguro, oportuno y confiable. Agregó que cualquier intento por prohibir la distribución en línea de estos tratamientos alejará aún más a los jóvenes de los medicamentos legalmente fabricados y los acercará al comercio ilegal y con mayores riesgos.
El llamado de los profesionales médicos
La extrema facilidad con la que los menores de edad pueden acceder a tratamientos ilegales de hormonas preocupa a los ciudadanos de Reino Unido. La Dra. Alison Cave,directora de seguridad de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA) hizo un llamado a no recurrir a esta clase de prácticas inseguras para resguardar su salud:
«La seguridad del paciente es nuestra principal prioridad, y recomendamos encarecidamente que las personas no se autoprescriban ni intenten obtener medicamentos de un proveedor no regulado. Un medicamento que requiere receta médica sólo puede venderse o suministrarse legalmente de acuerdo con una receta emitida por un profesional de la salud apropiado”
Dra. Alison Cave,directora de seguridad de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios
El portavoz del Grupo de Apoyo Bayswater, dirigido a dar acompañamiento a padres cuyos hijos se identifican como transgénero, pero no apoyan los procedimientos de afirmacion de género invitó a realizar una campaña pública para comunicar a la gente sobre la falta de pruebas cientificas sobre la seguridad y pertinencia de los procedimientos homonales:
«A los niños y adultos jóvenes vulnerables se les debe decir la verdad sobre los bloqueadores de la pubertad y las hormonas cruzadas: la base de evidencia es muy débil y existen riesgos conocidos»
Portavoz del Grupo de Apoyo Bayswater
Por otra parte, The Guardian contactó a María, mamá de una mujer registrada por nacimiento que compró testosterona en internet y ahora enfrenta daños permanentes en su salud, opina que a pesar de la existencia de este peligro eso no significa que “la ruta del NHS deba facilitarse y que toda la protección deba dejarse de lado». María añade que su hija ya abandonó la transición, pero el daño no se irá:
«La cuestión es que mi hija ha quedado con un daño físico permanente debido a la testosterona que tomó ilegalmente sin prescripción médica; un daño permanente que nunca se resolverá, con el que tendrá que vivir por el resto de su vida».
María
Los gobiernos deberán tomar las medidas legales necesarias para regular la venta y administración de hormonas sexuales y castigar a quienes ofrecen estos fármacos de manera ilegal.
Otra medida de RSE que las entidades de salud y gobiernos deberán tomar es divulgar la información disponible sobre los riesgos de los tratamientos hormonales, así como los peligros de adquirirlos de manera ilegal. El sistema de salud tiene la obligación de brindar procedimientos seguros y científicamente probados a los pacientes y abstenerse de aplicar aquellos que van en contra de su razón de ser: mejorar la salud y protegerla.
