La figura de la madre es respetada y venerada en las culturas latinoamericanas, mientras que la de la trabajadora sexual es rebajada por completo. Sin embargo, lo que mucha gente no quiere reconocer es que la intersección entre ambas es muy grande. En Argentina, el 86% de las trabajadoras sexuales tienen hijos, algo que una nueva campaña quiso recalcar de una forma muy original.
En Argentina, es muy común que en las calles se repartan «tarjetas de presentación» con imágenes y números de teléfono para contactar a trabajadoras sexuales. Usando esta costumbre, la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina en Acción por Nuestros Derechos (AMMAR) creó unas tarjetas con este mismo estilo, pero cuyo mensaje era uno de conciencia sobre la vida diaria y los problemas de las mujeres que trabajan en la industria sexual, recalcando la cifra de madres que tienen este oficio.
Esta es la primera vez que las conocidas tarjetas de visita se usan para proteger los derechos de las trabajadoras sociales, una forma barata y efectiva de dar a conocer a la sociedad sus demandas. Después de la campaña, las visitas al sitio web de AMMAR crecieron en un 30%, y las llamadas en un 45%. Además, la iniciativa generó discusión en la sociedad respecto a un tema muy pocas veces abordado.