En la noche del miércoles se encendieron las luces del árbol del Rockefeller Center. Al igual que París, Nueva York apuesta por el ahorro energético y las 30.000 luces de colores del árbol son de tecnología LED.
El árbol de Navidad de Rockefeller Center iluminó la noche neoyorquina y el espíritu festivo de miles de personas que no quisieron perderse esta ineludible cita con la que cada año la ciudad de los rascacielos da la bienvenida a las fechas navideñas.
A partir de esta noche y hasta el 7 de enero, el corazón de la Gran Manzana estará alumbrado por 45 mil bombillas multicolores entretejidas en las ramas de un abeto de 26.6 metros de largo que se halla coronado por una rutilante estrella de cristal de Swarovski, como un símbolo inconfundible de las fiestas que visitarán unas 750 mil personas al día.
Esta fue la octogésima ceremonia de encendido del árbol y corrió a cargo del alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, y de Jerry y Rob Speyer, dos de los propietarios del Rockefeller Center en el que se encuentra instalado, tras una gala de dos horas.
Así, la pista de hielo de este enclave, que estaba abarrotada por las miles de personas que no quisieron perderse este mágico momento a pesar del frío, acogió los villancicos interpretados en directo por Rod Stewart, CeeLo Green, quien estuvo acompañado por los «Muppets» en el interior de un inmenso cofre rojo, o Il Volo.
Tampoco faltó la actuación de la compañía de danza de las Rockettes, que este año cumplen su 85 aniversario en el Radio City Music Hall, ni las voces de Chris Mann, Tony Bennett y de Mariah Carey, que interpretó el que es ya un himno de las fechas navideñas, «All I want for Christmas is you».
El árbol escogido este año para alegrar las fiestas a los viandantes se trata de un abeto de más de 16 metros de diámetro, diez toneladas y ochenta años.
Desde 2007, las bombillas que cubren el árbol son LED, para reducir el consumo de electricidad, a lo que también contribuye la instalación de varios paneles solares en la azotea de uno de los edificios del Rockefeller Center.
Por su parte, la estrella de casi tres metros y 25 mil cristales de Swarovski que culmina el abeto se estrenó en 2004 y está dotada de un sistema que provoca un efecto de parpadeo.
La primera ceremonia de iluminación de un árbol navideño en este emblemático punto de la Gran Manzana tuvo lugar en 1933, gracias a 700 bombillas que desde entonces han ido multiplicándose año tras año entre las ramas de pinos y abetos hasta convertirse en una tradición indispensable con la que dar la bienvenida a la Navidad.
Fuente: El Informador