Mujeres extremadamente delgadas con un cutis perfecto y características imposibles de alcanzar son los estándares que por años ha impuesto la industria de la moda a las mujeres en todo el mundo. Las técnicas modernas de edición de imagen sin duda han facilitado fenómeno a grado tal que algunas veces parece que incluso las mujeres más hermosas del mundo necesitan ser retocadas.
El debate sobre el uso de herramientas de edición de imagen ha dado mucho de qué hablar en los últimos años, la demanda de materiales muestren realidad física de las modelos de una forma más natural es cada vez más frecuente, y a ella se unen diversas voces de artistas y empresas en el mundo.
Saber dónde se encuentra el límite puede ser extremadamente complicado, por lo que algunas marcas de ropa ya han adoptado una política anti Photoshop en sus campañas.
La edición digital sigue siendo un recurso del que muchas veces se abusa en las revistas de moda, y en este contexto Verily es la excepción.
Concebida en 2011 durante una reunión de amigas en Nueva York, Verily es la primera revista femenina que tiene una política completamente libre de la edición de imagen, a fin de responder a la necesidad de estándares de belleza mucho más realistas.
Janet Saham y Kara Eschbach son las mujeres responsables de crear esta increíble publicación bimestral cerrada a las celebridades, en la que aparecen mujeres comunes celebrando simplemente ser exactamente como son.
Bajo la promesa “Less of who you should be. More of who you are.” (Menos de lo que deberías ser. Más de lo que tu eres.” Las lectoras de cada edición impresa y de la versión en línea encuentran reflejada la realidad de lo que significa ser una mujer del siglo XXI, en el que no necesitan ser talla cero y tener una vida perfecta, porque es suficiente ser quienes son.
Pero ¿Qué es realmente una política libre de Photoshop?
En una entrevista con las fundadoras publicada por la organización Lean In en su página de internet, Janet explica que las imágenes pasan por un proceso de edición en el que se ajustan aspectos como la luz y el color, aunque sin modificar detalles en el cuerpo o rostro de sus modelos.
Por su parte, Kara señala que los estándares de belleza actuales son aspiracionales, por lo que el verdadero problema radica en enviar un mensaje ficticio en el que las mujeres terminan pensando que para ser bella y saludable es necesario caer en la bulimia o la anorexia.
De esta forma Verily marca el camino responsable a seguir en una industria en la que los esfuerzos responsables aun son insuficientes, aunque la exigencia de los consumidores de implementar mejores prácticas cobra cada vez más fuerza.