Cada actividad que realizamos tiene un impacto en el entorno, desde el consumo más responsable hasta el más desmedido posee alguna repercusión. Por ejemplo, la movilidad aérea, por necesidad o disfrute, genera el 2.5% de las emisiones de CO2 totales a nivel mundial; sin embargo, los viajeros sostenibles están emergiendo para compensar tal daño.
Este nuevo tipo de consumidores de trayectos, es decir aquellos que buscan disminuir su huella de carbono durante sus viajes, estarán eligiendo opciones que les ofrezcan la posibilidad de aminorar su efecto en el ambiente.
Además de contribuir a la crisis ecológica, los viajeros sostenibles ejercerán una ayuda activa para las comunidades que los hospeden y un aliciente económico para las empresas turísticas y de transporte que se adapten a sus necesidades.