La máxima autoridad de derechos humanos de Naciones Unidas comparó los enfrentamientos de Ferguson, Misuri, en Estados Unidos con el apartheid, el cual, destacó, también es «cuando la ley hace la vista gorda sobre el racismo«.
Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes en la localidad estadounidense de Ferguson evocan la violencia racial generada por el apartheid en su Sudáfrica natal, dijo la máxima autoridad de derechos humanos de Naciones Unidas.
Navi Pillay, quien tiene previsto dejar el cargo a fines de mes luego de seis años en el puesto de la ONU, instó a las autoridades estadounidenses a investigar las acusaciones de brutalidad y a examinar el «origen» de la discriminación racial en Estados Unidos.
Legisladores estadounidenses instaron el martes a la calma y a un cambio en las tácticas policiales en Ferguson, Misuri, sacudida por enfrentamientos y disturbios de tinte racial después de que un oficial blanco mató a un adolescente negro desarmado hace 10 días.
«Condeno el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía y pido que se respete el derecho a protestar. Estados Unidos es un país amante de la libertad y una cosa que debería mantener es el derecho de las personas a protestar», dijo Pillay en una entrevista en su oficina junto al Lago de Ginebra.
«Aparte de eso, déjeme decir que viniendo del apartheid de Sudáfrica tengo una larga experiencia sobre cómo el racismo y la discriminación racial engendra conflicto y violencia», agregó.
«Estas escenas me resultan familiares y por dentro pensaba que hay muchas partes de Estados Unidos donde el apartheid está floreciendo», sostuvo.
Subrayando que los afroamericanos suelen estar entre los ciudadanos estadounidenses más pobres y vulnerables, y que son muchos de los presos en las cárceles del país, Pillay agregó: «Apartheid también es cuando la ley hace la vista gorda sobre el racismo».
Las escenas de la policía estadounidense fuertemente armada y de soldados de la Guardia Nacional enfrentando a los manifestantes se han vuelto cotidianas en la televisión de todo el mundo, incluso en países que Estados Unidos considera que abusan de los derechos humanos.
Desde Egipto pidiendo «moderación» a la policía estadounidense hasta Irán calificando a Washington de «mayor violador de los derechos humanos» y los medios estatales chinos sugiriendo que debería analizar sus propios actos antes de «apuntar el dedo a otros», Ferguson ha sido tomado por gobiernos cansados de recibir críticas de Estados Unidos y la ONU.
«No hay un país en el mundo que tenga un registro perfecto de derechos humanos y que no tenga este tipo de asuntos que surgen», dijo la funcionaria.
Pillay, de la etnia tamil, fue criada en Durban y trabajó por más de 30 años como abogada defensora de activistas anti-apartheid, entre otros, durante los cuales expuso el tema de la tortura y ayudó a conseguir derechos en Robben Island, la cárcel donde estuvieron detenidas personas como Nelson Mandela.
El presidente Mandela la nombró en 1995 como la primera jueza negra en la Corte Suprema de Sudáfrica y luego le pidió que fuera jueza del Tribunal Penal Internacional para Ruanda. Más tarde, Pillay fue elegida jueza de la Corte Penal Internacional.
«Mi experiencia de vida ha influenciado mi aproximación a estos temas. Veo estas cosas desde la perspectiva de los que sufren y cuán importante es la justicia y la responsabilidad para nosotros», concluyó.
Fuente: Excelsior