HOY EN DÍA, EL MUNDO requiere que aceptemos la unidad de la humanidad. En el pasado, las comunidades aisladas lograron pensar en otros como entidades separadas fundamentales. Algunos pusieron existir en total aislamiento; sin embargo, en está época cualquier cosa que sucede en un lugar, con el tiempo afecta muchas otras áreas. Con base en ese contexto de nuestra nueva interdependencia, el interés por uno mismo está claramente relacionado con el interés por los demás.
Muchos de los problemas y conflictos del mundo surgen debido a que hemos perdido la percepción básica de la humanidad que nos une a todos en una familia humana que nos une a todos en una familia humana. Tendemos a olvidar que pese a la diversidad de raza, religión e ideología, entre otras, la gente es igual en lo referente a su deseo básico de paz y felicidad.
Casi todos nosotros recibimos de nuestras madres la primera lección de cómo vivir en pa, pues la necesidad de amor reside en los fundamentos de la existencia humana.
En las primeras etapas de nuestro crecimiento, dependemos completamente del cuidado de nuestras madres y es muy importante que nos expresen s amor. Si los niños no reciben el cariño adecuado, de grandes tendrán problemas para amar a los demás. Vivir en paz depende de confiar en aquellos de quienes dependemos y preocuparse por los que dependen en nosotros. La mayoría de nosotros recibe su primera experiencia respecto de estas dos cualidades cuando es niño.
Creo que el propósito más importante de la vida es ser feliz. Desde el centro de nuestro ser, deseamos satisfacción. De acuerdo con mi limitada experiencia, me he dado cuenta que entre más nos preocuparemos por la felicidad de los demás, mayor será nuestra sensación de bienestar.
El cultivar un sentimiento cercano y cálido para con los demás, automáticamente tranquiliza nuestra mente. Ayuda a borrar cualquier temor o inseguridad que podríamos tener y nos da la fuerza para lidiar con los obstáculos que podamos encontrar. Es la fuente principal de éxito en la vida, ya que no sólo somos criaturas materiales; es un error basar todas nuestras esperanzas de felicidad solamente en el desarrollo exterior. La clave es desarrollar la paz interior.
Las acciones y los acontecimientos dependen fuertemente de la motivación. Desde mi punto de vista budista, todas las cosas se originan en la mente. Si desarrollamos un corazón bueno, cuando nuestra área de ocupación sea la ciencia, la agricultura o la política, debido a que la motivación es muy importante, el resultado será mucho más benéfico. Con una motivación adecuada, estas actividades pueden ayudar a la humanidad, evitando así que se equivoque el camino. Esta es la razón por la cual la mente compasiva es tan importante para la humanidad.
Cuando se reconoce que todos los seres son iguales y que albergan deseos de felicidad y el derecho de obtenerla, automáticamente se siente empatía con ellos. Se desarrolla un sentimiento de responsabilidad por los demás: el deseo de ayudarlos activamente a que sobrepasen sus problemas.
La verdadera compasión no es sólo una respuesta emocional, sino un firme compromiso basado en la razón. Por lo tanto, una actitud de verdadera compasión hacia los demás no cambia, aunque ellos se comporten en forma negativa.
Creo que debemos desarrollar de manera consciente una mayor sensación de responsabilidad universal.
Debemos aprender a trabajar no sólo a favor e nosotros mismos, de nuestra familia o nación, sino en beneficio de toda la humanidad. La responsabilidad universal es el mejor fundamento tanto para nuestra felicidad personal como para la paz mundial, para el uso equitativo de nuestros recursos naturales y, a través del interés por las generaciones futuras, el uso adecuado del medio ambiente.
Una nueva forma de pensamiento se convirtió en la condición necesaria para vivir y actuar responsablemente. Si conservamos valores y creencias obsoletas, una conciencia fragmentada y un espíritu concentrado en uno mismo, seguiremos atados a metas y conductas anticuadas.
Tal actitud, manifestada por un gran número de personas, bloqueará la transición hacia una sociedad mundial cooperativa y pacífica.
En la sociedades humanas, siempre habrá diferencias de opinión y de intereses; sin embargo, hoy en día la realidad es que todos somos independientes y coexistimos en este pequeño planeta. Por lo tanto, el diálogo es el único modo inteligente y sensato de resolver las diferencias y los intereses en conflicto, ya sea entre los individuos o las naciones. La promoción de una cultura de diálogo y de no violencia para el futuro de la humanidad es, entonces, una tarea importante de la comunidad internacional.
En la búsqueda de nuestras metas también es natural que enfrentemos obstáculos, sin embargo los conflictos y los obstáculos surgirán si permanecemos pasivos, sin hacer esfuerzo alguno para resolver los problemas que enfrentamos. El reto para nuestra ingenuidad humana consiste en transformar estos obstáculos en oportunidades para el crecimiento positivo, y para lograrlo se requiere de paciencia, compasión y del uso de nuestra inteligencia.
Obtenido del Libro: Arquitectos de la Paz
Publicado por: Michael Collopy, durante este año