La Fundación W.K. Kellogg llevó a cabo su evento nacional “Visiones Rurales: colaboración para la acción” en el que representantes de 22 municipios de la Península de Yucatán y los Altos de Chiapas, de distintas organizaciones de la sociedad civil, instituciones de cooperación internacional y de la administración pública, dialogaron (en tsotsil, maya, tseltal y español) sobre las razones para invertir en procesos de participación social y cómo construir estos.
Fue en 2010 que la fundación decidió invertir de manera prioritaria en estos territorios mexicanos y, durante los últimos cuatro años de trabajo, líderes de las comunidades y las asociaciones civiles Educación, Cultura y Ecología, el Instituto para el Desarrollo Sustentable en Mesoamérica y la Universidad Campesina e Indígena en Red, dialogaron sobre las condiciones sociales, culturales, políticas y ambientales de las comunidades para construir y definir estrategias, acciones y objetivos a futuro.
Una de las características que distinguen a la Fundación W.K. Kellogg de otras fundaciones privadas es el lugar que dan al conocimiento y capacidad de las comunidades como base principal para desarrollar los proyectos que busquen resolver sus problemas.
Así, durante el panel “¿Para qué invertir en procesos de participación social?” se habló de por qué es indispensable escuchar a los habitantes locales para identificar y alcanzar soluciones comunes que mejoren su calidad de vida.
Se emplean tres principios metodológicos para lograr esto:
1.- Igualdad de las inteligencias, como un punto de partido: todas las personas somos capaces de decir algo sensato sobre nuestras propias vidas.
2.- Cada uno es experto en su propia vida, nadie requiere de alguien que le diga qué hacer.
3.- ¿Cómo elaborar lo común? No borrar al otro y generar una verdadera relación de colaboración a través de la conversación.
Por su parte “¿Cómo construir un proceso de participación social desde las comunidades?”, presentó las experiencias de distintos representantes de las poblaciones con las que se está trabajando y las dificultades que representó organizarse.
Las comunidades recibieron talleres para organizar a niños, jóvenes y adultos y poder reconocer las distintas necesidades de cada grupo que afectan a la totalidad de la comunidad. Para decidir cuáles de éstas eran prioritarias se realizó un diagnóstico municipal para identificar los distintos elementos que influyen en los aspectos social y económico y poder determinar lo urgente.
El resultado fue un plan comunitario que contiene sus conclusiones y que se presentará ante autoridades estatales y federales para buscar un apoyo específico para resolver los principales problemas de estas comunidades.
Finalmente se presentó la plataforma web de la Fundación W.K. Kellogg, misma que permite la toma de decisiones a través de datos de todas las comunidades donde se trabajan y comparar las estadísticas de los municipios contra los estados a los que pertenecen.
A través de esta página también se pueden descargar los planes comunitarios y, en los próximos meses y años, se dará a conocer más sobre estos esfuerzos y de los acuerdos y avances de cada uno de los programas. Para obtener esta información visita la página.
Comunicado de Prensa