Primera de dos partes
Equipo Causas / www.causas.org
Este podría ser un día más en la historia de un México + solidario:
En una colonia popular del área metropolitana de Monterrey, un colaborador de Compartamos Banco ha reclutado a madres de familia para que asistan a una sesión en la que se discute el cuidado infantil con una trabajadora social del sector salud. A cientos de kilómetros, un equipo de MetLife dirige un banco de sangre en una clínica móvil localizada en un pequeño edificio donado por un vecino cercano. En la capital de Durango, un grupo voluntario de la Fundación Simi completa el entrenamiento que los capacitará como educadores sobre el virus del VIH-SIDA y transmisión de enfermedades sexuales.
En Oaxaca, una OSC que ayuda a personas discapacitadas, da a aquellos con los que trabaja la oportunidad de ser voluntarios en la comunidad, logrando incrementar su independencia y autoestima. En el Estado de México los microempresarios está haciendo su mayor esfuerzo para crear programas de voluntariado para los 90,000 trabajadores en las mil 330 medianas empresas de la entidad. Al mismo tiempo, activistas populares en Nayarit arman un plan ecológico en un intento por salvar los árboles que se talan anualmente.
Un día más… En el que todos los ciudadanos invertirían parte de su jornada laboral, talento y energía para construir comunidades saludables y sostenibles, para resolver los problemas locales, luchando por la seguridad, oportunidad y justicia para toda la gente; empoderándose a sí mismos para llevar vidas productivas y satisfactorias.
El papel de las empresas mexicanas como catalizadores de la acción social
Creado en la idea tradicional de que es bueno para la comunidad, para los trabajadores que participan y para la compañía, las empresas están utilizando el Voluntariado Corporativo como estrategia que para lograr sus metas estratégicas. Con un adecuado diseño, los programas de Voluntariado Corporativo pueden llegar a significar voluntarios más capacitados para transformar positivamente a la comunidad, nuevos recursos para las OSC, y un nuevo liderazgo social. Pero también es fundamental que las OSC aprendan a trabajar más efectivamente con las empresas, para asegurarse de no verse agobiados por estos socios más grandes, más complejos y ricos en recursos.
Las organizaciones tienen mucho que ofrecerle al sector empresarial: conocimiento sobre la comunidad, oportunidad de crear habilidades y desarrollo de liderazgo para los trabajadores que laboran voluntariamente, oportunidades de engrandecer su imagen corporativa, etc.
El Voluntariado Corporativo debe empoderar a las comunidades
Tradicionalmente, el Voluntariado Corporativo se ha visto reducido a prácticas recurrentes que, en ocasiones, llegan a neutralizar el significado de la acción social. Considerando los tiempos difíciles por los que atraviesa el país, es imperativo transformar esta visión y lograr que los programas de Voluntariado Corporativo sean una importante fuente de participación ciudadana, en la que todos los involucrados (voluntarios + beneficiarios) practiquen habilidades de liderazgo, y construyan redes mutuas para cambiar el rumbo de sus comunidades. Capacitar adecuadamente a la fuerza voluntaria de una empresa, instruyéndola con un modelo basado en el desarrollo de competencias ciudadanas para la resolución de conflictos sociales, puede ser una fuerte estrategia para lograr comunidades más conscientes de sus posibilidades y con un nivel de participación suficiente para transformar su realidad.