Por: Emilio Guerra Díaz
¿Por qué es importante que voluntarios participen en limpieza de playas?, ¿acaso no es una responsabilidad de autoridades públicas municipales hacerlo?, ¿qué grata experiencia deja a los voluntarios si los turistas van a ensuciar otra vez esas playas?
A la limpieza le es inherente la continuidad y es una actividad humana; es prima hermana del mantenimiento y en la perspectiva más lejana la limpieza tiene un sentido estético en sus dos principales acepciones. Es decir, “conocimiento que se adquiere por los sentidos” (Real Academia de la Lengua Española) y por otra definición, pero esta aplicada, tiene que ver con la belleza. Por ello limpiar playas genera un satisfactor para quien participa porque se involucra en la construcción de una apreciación colectiva del disfrute de la naturaleza.
En algunas ocasiones quienes desean alentar la participación social para atender necesidades comunitarias recurren a complejos postulados teóricos para motivar. Sin embargo quien ha participado en organizar una jornada de limpieza de playas, por ejemplo, saben que el mejor maestro es el ejemplo.
Hace muchos años en la playa Condesa del puerto y ciudad de Acapulco de Juárez se llevó a cabo una experiencia educativa sencilla pero altamente efectiva. Resulta que más de un centenar de voluntarios fueron divisados por los turistas por una playera verde que utilizaban. Cada voluntario llevaba una bolsa y una pequeña vara con punta para levantar basura picándola. Caminaban al parejo, hombro con hombro, en silencio y conforme avanzaban recogían desde papeles, vasos de unicel, botellas de vidrio, latas de cervezas y refrescos, colillas de cigarros, envases de plástico de cremas, protectores solares y bronceadores, envolturas de paletas y otras golosinas; plásticos que otrora fueron cubetas y palas, popotes, bolsas de papitas y de otras botanas, tapas de botellas de plástico y diversos tipos de papeles como servilletas, periódicos viejos y otros más.
Cuando los voluntarios llegaban a toparse con un turista que estuviese recostado o sentado se mostraban muy prudentes y respetuosos de sus posesiones. En voz baja preguntaban si algunos desperdicios ya eran basura y los depositaban en sus bolsas. Así seguían avanzando y limpiando.
Quienes atestiguaron esa acción nunca volvieron a ser los mismos. Vieron cómo aumentaban los desperdicios y cómo los voluntarios entregaban las bolsas llenas a otros de la retaguardia quienes los llevaban al punto de acopio. Recorrieron así varios kilómetros y en una jornada dejaron limpia la playa.
Los vacacionistas atestiguaron el esfuerzo de los voluntarios para limpiar y muchos de ellos atónitos por lo que había pasado, cambiaron su actitud. Pasaron de la pasividad a un ejercicio de mantener limpio su micro espacio.
Los fumadores improvisaron ceniceros y una vez que ya no los necesitaban los llevaban al bote de basura cercano. Otros cuidaron que la brisa del mar no volara servilletas, popotes, platos y vasos de unicel. Quienes utilizaron latas o botellas se encargaron de poner envases vacíos en bolsas. Padres y madres de familia conminaron a sus hijos de no tirar la bolsita de las papas y en cambio los apuraban a entregárselas.
Ese día quedó sembrada en los usuarios de playa la semilla de la reflexión respecto a que si ensucias la basura se va al mar y de ahí ver quién la saca. Los padres y madres se asumieron como educadores ambientales de sus hijos, parientes o amigos.
El éxito de esa jornada de educación medioambiental, lo atribuyo, al menos a dos factores: uno, quizá el principal, que los voluntarios recolectores de basura hicieron su labor en completo silencio, no conversaban entre sí, con lo que lograron un factor sorpresa y atrajeron con mayor asertividad la atención de los turistas y visitantes. Segundo, que los organizadores cuidaron la actitud que mostraron sus voluntarios al limpiar porque trasmitieron determinación que inspiró a los vacacionistas a cuidar del lugar que estaban disfrutando. Sin duda los voluntarios estaban orientados a la solución y no al problema.
Esta experiencia se viene repitiendo en varias playas y justo entre dos fines de semana de este enero agonizante, voluntarios convocados por Delphinus en conmemoración del Día Mundial de la Educación Ambiental, llevan a cabo dos limpiezas de playa. La primera ya ocurrió en Puerto Morelos, donde también se atendió un manglar, el pasado 23 de enero. Pero el día 30 voluntarios participarán en la Isla Contoy.
Los organizadores: Delphinus, el hotel El Cid, el Concejo Municipal de Puerto Morelos, la Red de Educadores Ambientales, los hoteles Secrets Silversands y Now Jade y Sapphire, todos con el apoyo de la experimentada representación estatal de Ocean Conservancy lograron convocar a más de 320 voluntarios quienes unieron esfuerzos para limpiar 4 kilómetros de playa y 3 de mangle en el camino de acceso a Puerto Morelos. Levantaron un total de 2,886 kg de desechos. Volverán a repetir su servicio en las playas de Islas Contoy (para mayor información escriba a [email protected]).
Como en Condesa (Acapulco, Guerrero); en la Isla Contoy y Puerto Morelos (en Quintana Roo) sucedió que tanto voluntarios como turistas disfrutaron de la belleza de la naturaleza y fomentaron la necesidad de mantener limpias sus playas. Sucedió también un proceso de apropiación colectiva de un espacio público y se formó a nuevos educadores ambientales y todo ello gracias a los voluntarios.
Ciudadanos trabajando
AMEVOL lamenta el fallecimiento de Mary Ripley
La Alianza Mexicana de Voluntariado lamenta el fallecimiento de Mary Ripley, presidenta fundadora de la International Association for Volunteer Efforts, acaecido el 27 de enero. Descanse en paz.
Próximos eventos
Coloquio sobre generosidad de los mexicanos
Jacqueline Butcher García Colín, directora del Centro de Investigación y Estudios sobre Sociedad Civil (CIESC), invita este 8 de marzo a las 17:00 horas al C¡coloquio sobre la generosidad de los mexicanos que se llevará a cabo en el Senado de la República, sala Octavio Paz. El propósito de esta reunión es hablar sobre el flujo de recursos privados: donaciones en tiempo (voluntariado) y en dinero hacia la sociedad civil y sus organizaciones. Los asistentes tendrán oportunidad de adquirir la publicación Generosidad en México: fuentes, cauces y destinos, que es una obra fundamental para conocer datos sobre las donaciones en México.
Tras el Fondo en marzo
Fundación Majocca invita a participar en la 6ª edición de Tras el Fondo, Encuentro Nacional de Socios en la Filantropía que es un espacio de aprendizaje e intercambios entre miembros de OSC. Se llevará a cabo el 30 y 31 de marzo en la ciudad de Puebla. Habrá conferencias magistrales, mesas temáticas por arte de fundaciones e instituciones donantes. Para mayor información vista la página electrónica: www.traselfondo.org
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.