La corrupción es un mal inherente
a todo gobierno que no está
controlado por la opinión pública.
Ludwig von Mises
Por Emilio Guerra Díaz
Quizá el servicio voluntario que menos se aprecia es el que está vinculado a los beneficios públicos que otorga el gobierno o en el monitoreo de programas públicos. Por todos lados se presentan distintas aristas que dificultan la valoración de su aporte. Múltiples suspicacias florecen en torno al por qué la gente participa como voluntaria en programas públicos como por ejemplo: “Son voluntarios por interés partidista”, “Ah, se hacen ‘voluntarios’ para agarrar hueso”, “Van a ver qué sacan”, “Son manipulados por el funcionario en turno”, etc.
Ya en una ocasión en Ciudadanía en Construcción dedicamos un artículo especial para destacar el papel que juegan los grupos de voluntarias del Sistema Integral para la Familia DIF donde señalamos sus virtudes y algunas de los retos que enfrentan día a día.
Pero además del voluntariado del DIF existen diversas áreas y dependencias de gobierno donde personas afiliadas a voluntariados públicos realizan diversas actividades de interés social, por señalar algunas: Protección civil, brigadas de salud, atención de enfermos, forestación, limpieza de playas, comedores públicos, etc. Recién una nota publicada por Notimex llamó la atención sobre los voluntarios que participan en brigadas de alfabetización: “INEA movilizará a más de un millón de voluntarios: SEP”.
En la nota se señala que “El Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) movilizará a más de un millón de voluntarios, entre promotores, alfabetizadores, aplicadores de exámenes y asesores educativos, que en los próximos cinco años brindarán atención a 7.1 millones de jóvenes y adultos”. Se trata de un ambicioso plan para apoyar algunos de los objetivos de la Reforma Educativa a través del voluntariado. Las acciones educativas se llevarán a cabo mediante la Campaña Nacional de Alfabetización y Abatimiento del Rezago Educativo.
No es la primera vez que el INEA emprende estas acciones, es más, a esta dependencia las brigadas voluntarias y de prestación de servicio social le distingue por alfabetizar con un buen número de voluntarios. De hecho su fundación concibió desde el principio alcanzar sus objetivos mediante voluntarios. El aporte de los voluntarios del INEA es harto importante pero por un extrañamiento de quienes tuvimos la oportunidad de aprender a leer desde pequeños y asistir a una escuela de manera regular, su valía se socaba, pero no para los adultos a los que se les abre un mundo de posibilidades que implica el acto de leer y escribir.
El esfuerzo de alfabetizar a toda una nación como la nuestra inició con “el Maestro de la Juventud de América”, José Vasconcelos, quien además de organizar las primeras jornadas de alfabetización con voluntarios cuando fue titular de la Secretaría de Educación Pública, también le asoció a aquel esfuerzo una estrategia de publicación masiva de autores clásicos para hacerlos llegar a todos los compatriotas, fue el inicio de la colección Sepan Cuantos de Editorial Porrúa.
En otro orden de ideas respecto al voluntariado en actividades públicas, vaya de gobierno, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), una organización de la sociedad civil lanzó una convocatoria a principios de diciembre para reunir a 800 voluntarios que colaboren programas incluidos en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para este 2014. Los voluntarios colaborarán en tareas de monitoreo de programas públicos con el fin de examinar cómo se están utilizando los recursos aprobados por los legisladores.
La tarea de la organización tiene como propósito adicional proponer propuestas de políticas públicas (como lo declara la organización en los terrenos social, económico y fiscal). El monitoreo permitirá acopiar valiosa información sobre el desarrollo de los programas. De esta manera voluntarios “vigilarán” ejercicio público. El beneficio como lo advierte el lector es que mientras más ojos estén pendientes, disminuye el riesgo de desvíos a manos de particulares.
Por cierto, resulta desastroso el anuncio de la Cámara de Diputados que se está trasmitiendo actualmente en televisión, donde niños dan las gracias a los legisladores por los beneficios que vendrán por la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación… Es decir, ¡Los diputados gastan recursos públicos para mandar a hacer anuncios donde se agradecen a sí mismos por lo que tienen que hacer!
El perfil que se busca para este tipo de voluntarios es que sean estudiantes de ciencias sociales, investigadores y miembros de organizaciones civiles que tengan nociones sobre la administración pública. La iniciativa se llama “#800 voluntarios, adopta un programa” y los interesados pueden registrarse en 800voluntarios.com
Como se observa, el quehacer del voluntariado en programas públicos es muy diverso, por un lado personas pueden participar directamente en las actividades como las del INEA. Muchas personas sienten un profundo agradecimiento hacia el voluntario que les enseñó a leer. Por otro, el voluntariado también puede fluir hacia observar cómo se llevan a cabo los programas públicos, como la iniciativa del Centro.
En esta última modalidad vamos lento y la iniciativa #800 voluntarios, adopta un programa, no es la primera pues ya existen otras organizaciones que también están monitoreando el trabajo de cada legislador, sin importar la orientación partidista. Viene a la memoria la Red por la Transparencia y Rendición de Cuentas, por ejemplo. Pero este tipo de actividad voluntaria crea muy buenos cimientos para que las actividades políticas se lleven a cabo la opacidad que puede encubrir malos manejos económicos. Es una forma efectiva de luchar contra la corrupción.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.