Con gratitud a los brigadistas,
rescatistas y voluntarios
que apoyaron el caso Pemex
“La cantidad de rumores inútiles que un hombre puede
soportar es inversamente proporcional a su inteligencia”.
Arthur Schopenhauer.
Por Emilio Guerra Díaz
¿Tenemos o no una cultura de protección civil a nivel nacional? ¿Sabemos cómo actuar ante una eventualidad?, ¿Contamos con los voluntarios calificados, entrenados y con plenos conocimientos sobre cómo atender una emergencia? Ante la desgracia suscitada en el edifico B2 del complejo de Petróleos Mexicanos, se pueden aprender varias lecciones y revisar las que hemos aprendido. Dejemos para más adelante la búsqueda de las respuestas a las interrogantes que propone este espacio.
Fue conmovedor observar la reacción de varios trabajadores de Pemex inmediatamente la explosión. Los brigadistas de protección civil asumieron su papel. Portaron los chalecos que les identificaba como personal calificado para orientar a los demás sobre los procedimientos de seguridad. Una bella mujer se dio a la tarea de reunir datos, nombres, de las personas rescatadas y anotaba a qué hospital serían trasladados. En el lapso de tiempo entre la explosión y el arribo de otros servicios de rescate ajenos a Pemex, varios de sus colaboradores ya estaban actuando, como Luis Pérez. La rápida respuesta salvó varias vidas.
A la desgracia no faltaron muestras de solidaridad de otros ciudadanos ajenos a la paraestatal. Milenio reporteó por ejemplo, cómo el sábado por la mañana una señora que dijo ser dueña de una panadería, se apersonó con otros amigos para llevar café, atole, panes y otros alimentos para obsequiarlo a los rescatistas. Esta noble y ejemplar mujer se llama Sandra Serrano. Un joven humilde que dijo trasladarse desde Tláhuac para ofrecerse como voluntario, llegó temprano el sábado al lugar de la desgracia, no fue admitido. Ese espontáneo voluntario se llama Edgar Ulises (Milenio TV).
Estas muestras de solidaridad nos humanizan, nos ayudan a comprender los verdaderos valores en la vida, pero en este tipo de labores, de rescate, búsqueda y salvamento, no basta la buena voluntad. En la medida que se trabaje aún más en la creación y práctica de una cultura de protección civil y podamos formar más brigadistas (que por ley toda empresa e instancia pública debe tenerlos en proporción al número de colaboradores) y voluntarios profesionales, salvaremos más vidas en cualquier desastre.
Es urgente trabajar también para que dentro de nuestra cultura de protección civil se capacite y oriente todavía a un número mayor de ciudadanos para saber cómo proceder, conservar la calma en la medida de lo posible, saber qué rol se debe asumir y evitar comentarios que generen pánico y agraven la situación. Está comprobado que varios desastres de los clasificados como socio-organizativos se generan por reacciones de sobrevivencia sin guía y en ocasiones, por una comunicación deficiente y una precipitada reacción.
Ahora bien, contar con voluntarios preparados para atender desastres como se ve es harto valioso y por ello es conveniente alentar la formación y capacitación normal para la participación. Por ello cobran relevancia las organizaciones civiles que trabajan en este tema, formando voluntarios.
Considero que en efecto se ha avanzado en materia de protección civil porque las últimas eventualidades de sismos lo han comprobado. La práctica de al menos un simulacro anual (del 19 de septiembre), ayudan y familiarizan a personas en riesgo. Es sin duda la prevención y la práctica de simulacros una actividad que debe ser permanente y darse con mayor frecuencia.
Sin embargo no hemos aprendido a valorar la participación de organizaciones civiles: Por ejemplo la asociación “Topos” y Perros de rescate y salvamento son apreciadísimas en la emergencia. Qué decir de los rescatistas de la Cruz Roja Mexicana que siempre hacen su labor en forma profesional, pero en tiempos de calma, no reciben el apoyo económico para que sus integrantes sigan trabajando en prevención y atención a desastres.
¿Debería el gobierno apoyarles? Sí, pero también el público en general. No sólo es cuestión de destinar recursos, sino de apostar a contar con infraestructura, contar con los mejores equipos en calidad y en número; incrementar el personal profesional que recibe un sueldo pero sobre todo hacer de la capacitación a voluntarios una poderosa tarea a la cual se convoque a todo público y realizar actividades que despierten el interés por participar. Así, pasaremos de la ayuda espontanea a la organizada y contaremos con voluntarios que participen en todas las actividades que circundan a la eventualidad de manera más eficiente. Lo mismo sucede con los cuerpos públicos de emergencia y pienso también en el H. Cuerpo de Bomberos de nuestra ciudad. Se requieren más instalaciones, más equipo y sobretodo un trato mucho más digno hacia los vulcanos. En el caso de los Topos su arribo a la zona de desastre fue en vehículos particulares donde llevan su equipo pero en realidad necesitan estar dotados de los mejores recursos.
En conclusión, necesitamos enfrentar urgentemente dos necesidades de nuestra cultura de protección civil: Primera. Aceptar la validez del conocimiento científico. El mexicano está acostumbrado a vivir en los dos extremos: “a creérsela” y “dudar de todo”, que acaban siendo lo mismo.
Las pruebas que ofrece la actividad científica para explicar las causas de un desastre como el de Pemex son desechadas en automático; se prefiere creer en lugar de conocer los datos que comprueben hipótesis. Especular tiene una recompensa: nos da notoriedad, nos pone en el escenario de la opinión y una momentánea autoridad como “yo estuve ahí, tu no”.
Esta falta de confianza en nosotros mismo y en las autoridades (e incluso en las organizaciones civiles) desafortunadamente hace un fenómeno contracultural. Sí un personaje de notoriedad pública dice: “hubo fraude en las elecciones” o “Se quiere privatizar Pemex”, sus seguidores le creen incondicionalmente. No se analizan los datos ni la situación. Con seguridad no podrían contestar a profundidad cuál es el esquema de inversión público – privado que se propone y si conviene o no. Pero en cambio, sus correligionarios en gobiernos de izquierda en otros países como Brasil han obtenido muy buenos resultados con la misma estrategia que se propone para México, lo que ellos critican.
Cuando es la autoridad la que señala o da razón de un hecho, ya tiene la jugada perdida. Los críticos cuestionan todo y no dan tregua, buscan cualquier recoveco para de ahí incrementar la especulación. Esa situación no es gratuita pues antaño dominaba una cultura oficialista que hoy se tiene que revertir haciendo bien las cosas.
Segunda necesidad. Por lo anterior, hoy la cultura de protección civil requiere profundizar en enseñar cómo actuar y la conveniencia de no esparcir rumores. Sin saber las causas de la explosión los primeros comentarios de trabajadores y del público en general se convirtieron en especulaciones, “Fue el mismo gobierno porque quiere privatizar Pemex y justo en ese edificio hay información estratégica para la empresa”, “…la situación es muy extraña con todo el tema de la privatización, qué casualidad que se hable del tema y venga esta desgracia…”, “Yo estuve ahí, olía a pólvora”, “A ver si el gobierno reconoce que fue un acto terrorista”, “Yo lo ví, eran dos bolsas negras con cilindros una que había carbonizada y otra igual que no alcanzó a estallar” (la bolsa resultó tener cosméticos), etc. Ah, y por cierto, a una semana de la tragedia, peritos nos han explicado la explosión fue motivada por acumulación de gas metano y nos han recordado las características de este tipo de explosión donde no hubo fuego afortunadamente.
El concierto de especulaciones continúo el miércoles 6 de febrero, cuando a la señal de alarma por olores desconocidos provocó que se evacuara el edificio para revisar la fuente de esos gases. Mientras se desalojaba el edificio ya se hacían las llamadas telefónicas: “…es una amenaza de bomba”.
Exaltemos a los rescatistas y voluntarios que colaboraron en esta eventualidad, propiciemos la profesionalización del servicio voluntario aún más y con un número mayor de participantes. Vamos bien pero estaremos mejor cuando aprovechemos el potencial del voluntariado en casos de desastres formados también por organizaciones civiles.
Ciudadanos trabajando
El próximo 14 de febrero el Proyecto Unisida cumplirá 13 años de su creación. Este grupo voluntario presta un invaluable servicio en los Hospitales Civiles de Guadalajara, por lo que sus integrantes recibieron un reconocimiento por parte de la Fundación de dichos nosocomios. El ITESO Guadalajara a jugado un papel fundamental en impulsar al voluntariado.
Próximos eventos
Conferencia Aspectos legales y Fiscales para las OSC
La AFP (Asociation for Fundraisn Professsionals) Ciudad de México invita a la conferencia que se impartirá el 15 de febrero en la sede de la Junta de Asistencia Privada. Consuelo Castro Salinas y Guadalupe Hernández Villanueva, expertas en el tema, compartirán sus conocimientos sobre los aspectos fiscales y legales que afectan a las organizaciones civiles. Tiene costo. Para mayor información escriba a: [email protected] Muy útil para quien está asumiendo responsabilidades de dirección y gerencia de una organización o fundación.
Presentación del Manual de Voluntariado
El próximo miércoles 20 de febrero se llevará a cabo la presentación de “Voluntariado en organizaciones sin fines de lucro. Manual para una gestión eficaz”, obra publicada por el Centro Mexicano para la Filantropía bajo el auspicio de la Fundación ADO en el auditorio de la YMCA de Ejército Nacional a las 5 de la tarde. Participarán los autores y destacados representantes de las organizaciones que inspiraron el manual.
Vimex convoca a voluntarios
Voluntarios Internacionales México convoca a jóvenes que quieran participar en el proyecto Tetela del Volcán del 24 de marzo al 7 de abril (periodo de Semana Santa y de Pascua), para apoyar actividades culturales. Para mayor información escriba a [email protected]
Compartir abre convocatoria 2013 para Premios
Compartir Fundación Social IAP abrió la convocatoria 2013 para sus prestigiados reconocimientos. Entre ellos existe uno especial para proponer candidatos que destacan por su labor voluntaria. Soy ya 25 ediciones y vale la pena participar en todas las categorías. Para mayor información visite www.compartir.org.mx
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.