Por Marisol López
A todos nos apasiona la idea de estrenar artículos de uso personal y cuando se trata de ropa o accesorios lo más fácil es escoger ropa a bajo costo y sin preguntarte por el camino que siguió hasta llegar a los aparadores de las grandes tiendas la adquieres.
Pero si revisas la etiqueta de algunas de tus prendas, seguramente encontrarás un espacio que reza: Made in Bangladesh, Camboya o Marruecos, por mencionar algunos.
En el mundo de la moda existen miles de marcas en las que no tenemos conocimiento del proceso que lleva la fabricación de estas prendas, y que existen muchos lugares donde las fabrican en condiciones poco favorables para un trabajo digno. La mayoría de las personas que laboran en las fábricas de ropa, no cuentan con un salario digno.
Desde hace algunos años, distintas organizaciones se han encargado de realizar campañas para que los consumidores tomen conciencia acerca de que la moda rápida no es buena opción para renovar el guardaropa.
La organización Fashion Revolution, lanzo un experimento que convoca a consumidores a comprar una playera de dos euros (33 pesos mexicanos) en una dispensadora de monedas. La máquina de playeras fue instalada en Berlin, donde decenas de transeúntes se detuvieron a adquirirlas, aunque lo que realmente llevaron a casa fue una desagradable experiencia. Después de introducir las monedas en la dispensadora, una pantalla daba a los consumidores una terrible sorpresa, desplegando la historia de Manisha, una de las miles de mujeres que trabaja por 16 horas continuas a cambio de una paga equivalente a 13 centavos por hora.
El experimento permite que los consumidores elijan entre dos alternativas: donar esos dos euros o comprar la playera. Después de ver la historia de Manisha las reacciones de los supuestos consumidores cambian de un momento a otro, pues se dan cuenta que así como la historia de Manisha hay miles de mujeres que son explotadas alrededor del mundo para traer a nuestras manos moda barata.
Esta campaña concientizo a una gran cantidad de fashionistas a nivel internacional por medio de redes sociales. La próxima vez que salgas de compras ¿te preguntarás quien hace tu ropa?