Puede pensarse que la Responsabilidad Social es una tendencia. Puede creerse que el problema del Calentamiento Global es una moda. Pero cuando vemos a gigantes corporativos como Wal-Mart, entrarle de lleno al cambio de políticas mundiales, podemos estar seguros de que algo muy fuerte está sucediendo.
Lee Scott, CEO de Wal-Mart convocó a 250 homólogos de otras compañías para presentar sus planes futuros y delinear la estrategia de Wal-Mart, quien pretende hacer responsables a sus proveedores de sus «huellas de carbón», específicamente escudriñando sus excesos en empaquetado. Se trata del nuevo rostro sustentable de la empresa, que para muchos, parece estar mutando en una agencia privada protectora del ambiente.
Las regulaciones que Wal-Mart está sugiriendo a sus proveedores son por el momento, sugerencias; sin embargo, tienen toda la intención de convertirse en obligaciones. Esto quiere decir que «en dos o tres años, aquellos productos que no se adapten a las normas regulatorias del super mercado, comenzarán a perder su lugar en las publicaciones de la tienda o peor aún, en los estantes de la misma. Eso, si el público quiere seguirlos consumiendo…» señaló el ahora ambientalista CEO.
Se dice que el movimiento de Wal-Mart es tan serio que incluso sus abogados tienen una agenda con incontables tópicos de sustentabilidad. Obviamente previendo reacciones que puedan generarse por parte de proveedores alrededor del mundo.
Es un ejemplo muy sui generis; sin embargo viene al caso la reflexión: si los gobiernos no hacen nada… ¿las grandes compañías deben hacerlo? Al menos, el más grande supermercado del planeta lo hará.
Un ejemplo de la respuesta de los proveedores hasta ahora, se puede apreciar con P&G, quienes a pesar de haber desarrollado ya detergentes líquidos super concentrados, continuaban vendiendo presentaciones normales. Cuando Wal-Mart anunció su determinación de adquirir sólo detergentes de compañías que lo vendieran en presentación concentrada —esto con el fin de ahorrar empaques y daños al medio ambiente— P&G cambió de opinión y obviamente de estrategia, alineándose a lo que el titán minorista sugirió. Cabe decir que P&G es también un monstruo corporativo, sin embargo accedió a la petición de responsabilidad social de Wal-Mart.
Actualmente, el marketing señala que el consumidor es el rey. Sí… en cuanto a categoría de productos tal vez; pero en presentaciones, Wal-Mart parece comenzar a ser un dictador socialmente responsable.
Si bien parece que el espíritu ambientalista se expresa detrás de todas estas acciones, la cadena cuenta también con muchas críticas a sus sistemas de implementación. Cuando el New York Times comenzó a hablar de la “walmartización†se refería a como Wal-Mart había presionado la baja de salarios y la seguridad social de los trabajadores en sus tiendas en Estados Unidos. Situación que según ellos, se repite por todo el mundo donde se instala, además de liquidar a las tiendas locales pequeñas, efecto que tienen todos los grandes supermercados.
Si bien las intenciones de Wal-Mart pueden ser auténticas, la manera de ejecutarlas parece muy agresiva y al parecer, una lucha crudísima de poderes se avecina. Wal-Mart es actualmente la empresa más grande del mundo, ocupa el lugar 19 de las 100 economías más grandes del planeta, superando a países como Suecia, Noruega y Arabia Saudita. Es la mayor compañía de ventas directas al consumidor en Estados Unidos, Canadá y México, donde la cadena tiene el 54% del mercado total en sus manos.
No hay duda, con excesos o sin ellos, la Responsabilidad Social está aquí y parece ser, para quedarse.