Es sorprendente lo poco que en general sabemos sobre la mayoría de las especies del océano. En el siglo XIX el escritor Herman Melville apenas podía describir unas pocas especies de ballenas. En el siglo XX el mar seguía siendo un misterio para prácticamente todas las personas de la Tierra. Hasta que se inventó la escafandra autónoma, se utilizó la videograbación submarina para registrar las cosas bajo la superficie del mar y se aplicó la tecnología de la medición a distancia o telemetría para conocer con precisión los movimientos de especies prioritarias.
La telemetría surgió como disciplina aprovechando los avances científicos de cada época. La trasmisión de datos a distancia mediante cables fue utilizada desde mediados del siglo XIX y las comunicaciones inalámbricas del siglo XX la convirtieron en una herramienta indispensable en casi todas las actividades y aparatos que requerían medir cosas a lo lejos.
Esta tecnología, que evolucionó hasta ser la base en nuestros días del uso de posicionadores satelitales y acústicos, está contribuyendo de manera determinante a tener un conocimiento profundo y preciso de los movimientos y comportamiento de diversas especies amenazadas o en peligro de extinción.
La telemetría es una herramienta clave para aumentar el conocimiento de especies amenazadas en el Mar de Cortés g el Pacífico Norte de México, como la mayoría de las tortugas marinas, algunas especies de tiburones y ballenas.
Ciertas especies hacen enormes recorridos para alimentarse y reproducirse. La posibilidad de seguir su recorrido por el mar nos permite describir hacia dónde van y por dónde (rutas y destinos migratorios), determinar el tiempo de estadía en cada sitio y número de sitios [fidelidad y rango de distribución], el uso que le dan al hábitat (alimentación, crianza, reproducción, refugio) y el comportamiento entre miembros de su misma especie y entre especies.
Con el apoyo de la Alianza WWF-Telcel científicos mexicanos han aumentado el conocimiento sobre varias especies prioritarias.
El seguimiento con posicionadores satelitales a tortugas negras, amarillas y golfinas en el Mar de Cortés y Bahía Magdalena ha demostrado la importancia de estos sitios como zonas de alimentación y ha establecido las diferencias de comportamiento de estas especies. Estas diferencias pueden contribuir a explicar por qué ciertas variedades de tortuga son más impactadas por las pesquerías que otras en algunas zonas y ayudara establecer medidas de conservación más efectivas.
La Alianza WWF-Telcel también apoya a especialistas en tiburones que investigan sus movimientos entre ecosistemas muy distantes: Mar de Cortés, Archipiélago Revillagigedo e Isla Guadalupe. La Alianza aportó la tecnología para marcar tiburones blancos en la Reserva de la Biosfera Isla Guadalupe. Las marcas acústicas colocadas a 40 de los 142 tiburones blancos que visitan la isla han permitido entender la preferencia de los tiburones para establecerse cerca de las colonias de elefantes marinos (de los que se alimentan), el tiempo de residencia en la zona de los tiburones juveniles [810 meses) y los tiempos de residencia de los machos y las hembras (julio y septiembre respectivamente).
La Alianza WWF-Telcel, con el apoyo de las agencias ambientales, marcará a otras especies de tiburones que están amenazadas, como el tiburón martillo, toro y puntas negras y creará una red de receptores acústicos en el Mar de Cortés y el Pacífico tropical mexicano para obtener información más detallada sobre los hábitats más importantes.
Con los marcadores satelitales g acústicos estamos comenzando a apreciar el mar de otra manera: ahí donde queda registrada la estela que los satélites atestiguan, se vislumbra un territorio marino que debe ser comprendido y valorado. Es así como la telemetría da un nuevo significado al lugar común “como una raya en el mar». Nos da la posibilidad de documentar un testimonio firme de la vida de los océanos que hay que conocer, para proteger y conservar.
Fuente: Revista Equilibrio, p. 8 y 9.
Publicado: Febrero de 2012.
