Los intraemprendedores sociales se caracterizan por ser personas proactivas e innovadoras, que ven más allá de sus actividades cotidianas y proponen soluciones prácticas a retos sociales y medioambientales dentro de una empresa. Son valiosos elementos para las compañías y para la sociedad, ya que pueden materializar sus ideas y volverlas parte del negocio generando proyectos de gran impacto.
La maestra Lorena Guillé Laris, directora de responsabilidad social corporativa de Cinépolis y directora ejecutiva de Fundación Cinépolis, es uno de esos elementos valiosos que a la par de la compañía ha ido creciendo e implementando iniciativas de beneficio a la comunidad.
Desde los 18 años, Lorena Guillé ha mostrado interés y compromiso con la sociedad, participando en congresos mundiales como el State of the World Forum for Emerging Leaders, Sate of the World for Peace and Reconciliation y la Conferencia Internacional de las Naciones Unidas “Financing for Development”, fungiendo en este último como asistente personal del secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan.
El pasado jueves 26 de marzo, la Universidad Anáhuac la reconoció con el quinto Premio Impulsa al Emprendedor Social del Año. El premio es entregado a la persona identificada por los jóvenes estudiantes como un modelo a seguir debido a su admirable trayectoria laboral y por la congruencia que vive en el plano profesional y personal.
Lorena Guillé es ingeniera industrial y cuenta con maestría en administración y política pública, además de estudios sobre pobreza y responsabilidad social entre otros. Inició su carrera profesional en la Fundación Gamesa-Quaker, donde implementó el área de responsabilidad social. Desde 2006 trabaja en Cinépolis, con proyectos como Del amor nace la vista, Festival internacional de derechos humanos, Vamos todos a Cinépolis, entre otros.
Aunque siempre se ha visto a ella misma como una persona que le interesa la sociedad, no se consideraba una emprendedora social. “Yo no me reconocía emprendedora social, simplemente creía que era una apasionada dentro de la empresa creando (…) Lo que más me gusta es que como intraemprendedora puedo cumplir con mi propósito de vida, resumido en tres palabras crear, servir y conectar.”
Sin duda un ejemplo no solo para los jóvenes universitarios, sino para todas las personas apasionadas por la sociedad con ganas de proponer soluciones por medio de su trabajo; así como para las empresas que pueden ver en ella lo efectivo que puede ser impulsar la creación de intraemprendedores y apoyar sus iniciativas e implementarlas como parte del negocio.
¡Felicidades! Hacen falta (mucha, creo) buenas noticias.
Saludos,