El pasado viernes 23 de mayo, una persona acabó con la vida de seis personas en California, entre ellas dos mujeres, para después suicidarse. La tragedia le dio la vuelta al mundo, como también lo hizo el video que Elliot Rodger, el único sospechoso del caso, subió a You Tube antes de cometer su crimen. En el material, que ya fue eliminado de la red social, Rodger explica que las mujeres «nunca le han hecho caso» y promete venganza, con frases como «voy a castigarlas a todas por eso» y «voy a masacrar a todas las rubias presumidas».
Estas declaraciones, junto con un documento de 147 páginas que funcionaba como su «manifiesto», así como evidencias de que frecuentaba foros de internet sobre «derechos masculinos», pintan a una persona con creencias profundamente misóginas, las cuales, desgraciadamente, no son poco comunes. Aunque su caso es un extremo, no puede negarse que muchos hombres antes que él han demostrado estar convencidos de tener derechos sobre el cuerpo y la mente de las mujeres.
Como resultado del crimen, se generó en Twitter un hashtag con el que mujeres de todo el mundo compartieron sus experiencias tanto con acoso y abuso sexual como con violencia de género y situaciones de sexismo en la vida diaria.
La frase «Yes all women» («sí, todas las mujeres») es una respuesta a la común protesta «no todos los hombres son así», que los hombres suelen usar al escuchar o leer acerca de estadísticas o anécdotas sobre misoginia. El hashtag ya fue utilizado más de 1.2 millones de veces desde su creación el 24 de mayo, según Hashtags.org. La actividad se concentra sobre todo en Estados Unidos e Inglaterra, pero un mapa creado por Twitter demuestra que también tuvo eco en muchos otros países.
La mayoría de las participantes son mujeres compartiendo sus experiencias de vida, que van desde la reacción de los policías a sus denuncias de acoso o abuso sexual («¿qué llevabas puesto?») hasta estadísticas y observaciones sobre cómo todas las mujeres han sentido miedo a ser atacadas y han recibido educación para evitar ser violadas, mientras que los padres no educan a sus hijos para jamás abusar de una mujer. Algunos hombres también se han unido a la causa, como el escritor Nail Gaiman, quien tuiteó: «El hashtag #yesallwomen está lleno de cosas difíciles, verdaderas, tristes y enojadas. Siento empatía y trato de entender pero sé que nunca lo haré por completo.»
La popularidad del hashtag demuestra cómo las redes sociales pueden ser un buen espacio para generar conversaciones sobre un tema actual y compartir historias que puedan ayudar a comprender el contexto en el que suceden. No se trata de una campaña para recaudar dinero, ni tiene a una organización detrás o un objetivo claro, más allá de impactar a quienes lo lean y, con un poco de suerte, influir para que hombres y mujeres se sientan más cómodos alzándose en contra de acciones misóginas.
I've spent 19 yrs teaching my daughter how not to be raped. How long have you spent teaching your son not to rape? #yesallwomen
— Deanna Raybourn (@deannaraybourn) Mayo 24, 2014
"Men are afraid that women will laugh at them. Women are afraid that men will kill them." – Margaret Atwood #yesallwomen
— Jen Kirkman (@JenKirkman) Mayo 25, 2014
The #yesallwomen hashtag is filled with hard, true, sad and angry things. I can empathise & try to understand & know I never entirely will.
— Neil Gaiman (@neilhimself) Mayo 25, 2014